Las técnicas de auditoría son las herramientas que emplea el auditor para captar, recoger y registrar información relevante. Ellas se circunscriben a los métodos prácticos de investigación y pruebas necesarias para contar con las evidencias suficientes, pertinentes y oportunas que hacen posible tener un claro panorama del objeto auditado, con lo cual se puede emitir una opinión razonable del mismo. Cuando las técnicas que utiliza el auditor son adecuadas, objetivas y pertinentes a la característica y naturaleza del hecho que estudia, los resultados que alcanzan son razonablemente consistentes y ajustados a la verdad.
Es importante aclarar que las técnicas de auditoria distan de ser reglas rígidas, debido a que cada trabajo exige diferentes acciones por parte del auditor. Cada auditoría es diferente en sí misma, sin importar si se trata de una empresa que se conoce o cliente a la cual ya se auditó en otras oportunidades. Por esta razón el auditor se debe cuidar de aplicar técnicas y pruebas de forma mecánica. Es necesario que evalúe con detenimiento cada labor que realiza para ajustar de la mejor manera posible el tipo de prueba que practica. Debe asegurar un cuido profesional en su trabajo en todo momento. El tipo de procedimiento que emplea el auditor, las pruebas que aplica, así como el alcance y características de las mismas depende del riesgo que existe dentro de la auditoría que se lleva a cabo. Por eso la importancia del nivel de preparación, profesionalismo y la experiencia del auditor y su equipo.
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