Esto se debe a que los precios son una variable subjetiva. Su conformación depende de múltiples factores que determinan la valoración del precio de un bien o un servicio. Es decir, que la estructura de costo realmente carece de importancia para establecer los precios de venta. Un producto puede costar producirlo un dólar, pero si el mercado lo acepta se puede vender a mil. Como también puede ocurrir que los consumidores consideren que carece de valor y su precio sea cero.
En este momento las hojas de plátano
tienen un mayor precio que el plátano en sí mismo debido a la temporada, es
época de navidad y de hallacas. Ello implica que hay un exceso de demanda que
impulsa el precio de las hojas. Entonces se requiere mayor cantidad de kilos de
hojas de plátano que de plátano. Con esas hojas se envuelve la hallaca cosa
para lo cual no sirve el plátano como tal. En diciembre los consumidores
valoran más a las hojas de plátano que el propio fruto. Se necesita para su uso
uno más que el otro. Entonces, aquí el costo de producir uno u otro pierde
sentido como referente de precio.
Tal
vez en mayo o junio el kilo de plátano sea mucho más caro que el kilo de hojas
de plátano. Digo “tal vez” porque en Venezuela existe una terrible distorsión
de los precios producto de la hiperinflación.
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