Las empresas deben disponer de un
personal calificado, preparados y motivados al logro. Se necesita que los
mismos tengan capacidad para adquirir nuevos conocimientos y deseo de ello (Kaplan
y Norton, 1997). En fin, se requiere contar con un talento humano que
contribuya con su trabajo, experiencia y talento a generar valor en la
organización. Ello es imprescindible en la nueva economía que se basa en la
información y el conocimiento. En la actualidad esas dos variables crecen de un
modo vertiginoso y constante, a un ritmo asombroso que en poco tiempo puede
dejar por fuera a cualquier entidad productiva. Nuevos avances tecnológicos,
novedosas formas de realizar negocios, estructuras y procesos más eficientes,
con realidades que ocurren y de las cuales se debe estar atento. Todo es
producto de la investigación, innovación y la propia construcción del
conocimiento. Por tanto, hoy es insuficiente el capital financiero, los activos
fijos y otros factores de producción que prevalecían en el pasado, en la era
industrial. En el presente, el trabajo, y en especial el que se sustenta en el
conocimiento, es el factor clave de éxito de toda corporación.
Como señalan Kaplan y Norton (1997), las
organizaciones deben impulsar el aprendizaje y el crecimiento intelectual de su talento humano. Ello es la sustentación de los demás aspectos que acompaña su
gestión y lo que asegura en el corto, mediano y largo plazo la sustentabilidad
de la empresa, su propio éxito y supervivencia. Con un personal calificado, con
una preparación constante y con la disposición de aprender en cada momento, se
tiene la posibilidad de crear las condiciones para la existencia de un ente
dinámico, abierto a los cambios, innovador y con los suficientes argumentos
para desarrollar ventajas competitivas sustentables. Todo lo cual, tiende a la mejora
de los procesos internos, fortalecer la relación y atención de los clientes, condición
que al final será la causa de excelentes resultados financieros. Es un
encadenamiento virtuoso que parte de la comprensión de que el personal como
colaboradores son el factor clave para el desempeño superior del negocio. Es
así, que aquellos que entiendan esta situación e inviertan en sus empleados y
sientan a los mismos como el activo fundamental con el que cuentan tendrá la
capacidad suficiente para adaptarse y competir en un medio ambiente global y
complejo.