viernes, 28 de abril de 2023

Algunos aspectos teóricos del comercio internacional. Un breve acercamiento


 El comercio internacional se rige por un conjunto de conocimiento que forma parte de su cuerpo teórico. Algunos de esos elementos se comentan brevemente en los siguientes párrafos.

El Comercio Internacional

     Las naciones son interdependientes. Una necesita de las otras para poder suplir sus necesidades, debido a que ninguna es capaz de producir todo lo que necesita de forma eficiente. Ninguna economía es autosuficiente, sin importar su tecnología, grado de desarrollo o tamaño de su mercado. Es por ello, que deben recurrir a otros países para proveerse de aquellos bienes que no puede producir, por diversas razones. Esto es lo que origina las importaciones y las exportaciones, lo que constituye el comercio internacional.

     De acuerdo con Ballesteros, A. (2001), el comercio internacional “es aquella actividad económica basada en los intercambios de bienes, capitales y servicios que lleva a cabo un determinado país con el resto de los países del mundo, regulado por normas internacionales o acuerdo bilaterales” (p. 11)

     Un elemento crucial con respecto al comercio internacional tiene que ver con el hecho de estar el mismo regulado por normas y acuerdos internacionales. Esto le permite homogeneizar diferentes criterios comerciales, prácticas y costumbres, que haría muy difícil el intercambio económico entre naciones. Además, ofrece garantías razonables para aquellas empresas que exportan o importan bienes. Asimismo, las regulaciones abarcan aspectos como los aranceles, las cuotas y las barreras aduanales, entre otras.

     Otra característica adicional del comercio internacional tiene que ver con la utilización de diferentes monedas para la realización de los intercambios comerciales.

     Es conveniente señalar que el comercio internacional es posible en el marco de la globalización y de la internacionalización, los cuales constituyen procesos que pudieran parecerse, pero que en el fondo ofrecen diferencias conceptuales importantes. Siguiendo a la profesora Rosanna Sandoval, la internacionalización es un proceso planificado, gradual que acometen las empresas con el propósito de atender los mercados extranjeros, teniendo como estrategia principal atender las necesidades particulares de cada mercado.

     De igual forma, la profesora Sandoval, establece que la globalización intenta estandarizar las operaciones en el mundo, en todas las áreas funcionales, lo cual significa ver al mundo como un gran mercado. De acuerdo con Bernal y Mercado (2006), “la globalización incentiva la especialización en la producción, de tal forma que cada país se especializa en aquellos bienes o servicios para los que dispone de ventajas comparativas, teniendo en cuenta cuáles son los factores con los que está dotado”. (p. 24). Se supone, entonces, de acuerdo a estos autores, que este proceso permitirá la maximización de la eficiencia y el incremento de la productividad, lo cual puede tener repercusión en los precios y, por supuesto en los niveles de comercialización de los bienes. 

 Algunas Doctrinas del Comercio Internacional

El Mercantilismo

      Esta teoría que dominó los siglos XVI al XVIII, sostenía que un país era más rico cuanto más oro tenía en sus arcas. Ello implicaba que la acumulación de los metales precioso resultaba la política económica más importante que podía establecer un país. Según Ballesteros, A. (2001), “los países no productores de metales preciosos únicamente podían aumentar su stock de estos metales, mediante un excedente continuo de sus exportaciones sobre sus importaciones. El procedimiento, por tanto, no era otro que fomentar las exportaciones y obstaculizar las importaciones” (p. 13). De acuerdo a esta teoría, el Estado a través de su intervención, creando leyes y regulaciones, permitía el desarrollo del comercio internacional y con ello mejorar el bienestar de la nación.

     Con respecto al mercantilismo, Mercado (2000) citando a Jacobo Mazzei, “considera que los fines de las políticas económicas mercantilista son tres:

1.     Formación de la unidad económica nacional.

2.     Fortalecimiento de la capacidad productiva de esta unidad.

3.     Fortalecimiento de esta unidad en el campo internacional” (p. 17)

     Según Casani, Llorente y Pérez (2002), el mercantilismo se apoyaba en dos condiciones esenciales: la existencia de un superávit comercial y fuerte políticas proteccionista. En el primer caso, era necesario que las exportaciones del país fuesen superiores a sus importaciones, lo cual le permitía con esos excedentes la acumulación de riquezas. Pero, para que esto fuese posible, debía establecer mecanismos de protección contra competidores externos, que buscaba la defensa de la producción nacional, limitando además las importaciones.

 El Librecambismo

     El librecambismo, o liberalismo económico, “fue formulado entre finales del siglo XVIII y mediado del XIX por economistas británicos: A. Smith, Tomas Robert Malthus, David Ricardo y John Stuart Mill” (Casani, Llorente y Pérez; p. 262: 2002)

     Esta es una doctrina basada en el libre mercado, en el cual no existan obstáculos políticos, ni restricciones que perturben el intercambio comercial. Esta corriente de pensamiento económico se estableció como contraposición al mercantilismo, el cual propugnaba la intervención del Estado.

     El librecambismo se basa en el argumento de las ventajas que ofrece la división internacional de la producción y su efecto sobre el desarrollo tecnológico, que en definitiva afectarán los niveles de precios, haciendo posible el intercambio comercial equitativo entre las diferentes naciones.

     La libertad económica para desarrollar el comercio internacional, de acuerdo a esta doctrina, incentivaría a la competencia y con ello, necesariamente, el impulso hacia la eficiencia y la productividad, que en definitiva favorecería a los consumidores.

 El Proteccionismo

      En esta se pretende defender la producción nacional frente a la extranjera. Para ello se establecen un conjunto de gravámenes a las importaciones que encarecen las mismas, con el propósito de hacerla menos atractivas a los consumidores nacionales. Busca entonces, entorpecer la entrada de productos extranjeros con el ánimo de proteger la industria nacional, dejando, en muchos casos de lado la calidad, la eficiencia y la productiva, que tiende a afectar al consumidor final. Actualmente, el comercio internacional está viviendo una nueva ola de proteccionismo liderado por los Estados Unidos de Norteamérica, siendo el principal objetivo China y la propia Comunidad Europea.

Teorías del Comercio Internacional

      Existen varias modelos teóricas que pretenden predecir el comportamiento del comercio internacional entre los diferentes países. Algunos de ellos son: el Modelo Ricardiano, centrado en las ventajas competitivas de las naciones (o teoría clásica), el cual parte de la especialización de los países. Otro modelo importante es el de las ventajas absolutas. Asimismo, se tiene la teoría Hecksche-Ohlin (H-O), o de las proporciones factoriales, sustentados en las ventajas comparativas, el cual incorpora el mecanismo neoclásico de precios. Existe un cuarto modelo, conocido como “el de los factores específicos”, el cual se refiere al análisis cortoplacista de los factores de producción y de la movilidad de los mismos. Por último, se tiene el modelo gravitacional del comercio, basado en la propiedad de la física newtoniana, con respecto a la fuerza gravitacional de los cuerpos.

 Teoría Clásica del Comercio Internacional

     La teoría clásica del comercio internacional, basa su explicación en la doctrina del librecambismo o libre comercio, que propugna por la no intervención del Estado y que establece la posibilidad del mercado de autoregularse.

 Ventajas Absolutas

 Esta teoría, defendida por Adam Smith, plantea que en condiciones de libre competencia cada nación debería especializarse en producir aquellos bienes en los cuales muestra ventaja absoluta, es decir, en aquellos que puede elaborar más eficientemente.

    De acuerdo c Cantos (S/F), la eficiencia “se refiere a que es capaz, con una unidad de input (hora de trabajo, hectárea de terreno…) de producir mayor cantidad de output o producto acabado” (p. 26). Este concepto se encuentra muy ligado al de productividad.

    Los recursos generados por la comercialización de los bienes que poseen ventajas absolutas, permiten a su vez la importación de otros en los que se es menos eficiente.

     Adam Smith, ferviente defensor del libre mercado, sostenía que bajos estas condiciones, y no con controles gubernamentales, sería posible determinar la dirección, el volumen y la composición del comercio internacional. Esto pudiera denominarse “la mano invisible del comercio internacional”. Casani, Llorente y Pérez (2002), resumen esta teoría afirmando que “conviene al comercio internacional que cada país se dedique a producir aquellos bienes que en términos absolutos produce mejor. Lo intercambian entre sí y el resultado será positivo para todas los participantes en el mercado” (p. 259)

 Ventajas Comparativas

 David Ricardo da mayor precisión al análisis de Smith, al demostrar que el comercio mutuamente beneficioso es posible aun cuando solamente existen ventajas comparativas, llegando a la conclusión de que las ventajas absolutas son un caso especial de un principio más general que es el de las ventajas comparativas.

     El modelo de David Ricardo, se “basa en la especialización de la producción de los países en función de sus ventajas competitivas. Así, los países comercian porque son diferentes, y cada uno produce aquellos que sabe hacer relativamente bien…” (Bernal y Mercado, 2006: p. 24). El postulado principal de este modelo es que los países deben especializarse en producir y exportar los bienes en los cuales sean más eficientes, es decir, aquellos cuyos costos relativos con respecto a otros bienes sean menores, importando, por tanto, aquellos que posean costos de producción más elevados. Con ello, al final se logra la maximización del uso de los recursos globales.

     El resultado final de este modelo sería la división internacional del trabajo, que formal global beneficiaría a todos los participantes, permitiendo con ello una mejor distribución de los ingresos, reduciendo las inequidades entre naciones.

 El Modelo Neoclásico de Heckscher-Ohlin

     El modelo neoclásico de los suecos Eli Heckscher y Bertil Ohlin, parte de la premisa de la competencia perfecta en el comercio internacional, el cual ha demostrado no ser necesariamente cierto. Este modelo, según algunos autores,

 parte del supuesto de que la igualación de los precios de los bienes, a causa del comercio internacional…llevaría a la igualación de los precios de los factores tanto absolutos, como relativos. Además, establece que un país exportará el bien que utiliza intensivamente su factor relativamente abundante (capital) e importará el bien que utiliza intensivamente su factor (mano de obra) relativamente escaso. (Calva, 2007: p. 21)

     Los factores de producción y la posibilidad de contar con ello juegan un papel fundamental en la explicación de las dinámicas del comercio internacional. Cano (S/F) establece que “aquellos bienes que requieren de una gran cantidad de factor abundante (abundante es sinónimo de barato), tendrán bajo costes de producción, y permitirá su renta más barata en los mercados internacionales” (p. 32). Por ejemplo, Argentina posee abundancia de tierra y de zona de pastoreo, por lo cual puede producir carne a un relativo bajo costo, mientras que Japón, carece de ese factor productivo, pero posee elevados niveles tecnológicos, que hace posible fabricar productos electrónicos a reducido precio. En función a esto, resulta más beneficio para Japón importar carne de Argentina y a este le será atractivo traer productos del Japón. En definitiva, ambos se favorecen y al final, todo ello se traducirá en mecanismos de especialización. Cada uno recibirá los bienes que contienen los factores de producción que menos poseen.

    Tanto la teoría Ricardiana, como la de Hecksche-Ohlin, asumen que existe inamovilidad de los factores de producción, de un país a otro, lo cual con las tecnologías actuales resulta ser un supuesto inadecuado.

 Teoría de Los Factores Específicos

     La teoría o modelo de los factores específicos fue impulsado por los economistas Paul Samuelson y Ronald Jones, los cuales demostraron que

 Los beneficios del comercio internacional se distribuyen de forma muy desigual con incidencias en la distribución de la renta porque los recursos no pueden trasladarse de una industria a otra sin coste e inmediatamente, y porque las diferentes composiciones de las industrias de los países difieren en los factores de producción que demandan. Así, distinguen entre factores móviles o trasladables entre sectores y los específicos, demostrando que el comercio beneficia al factor que es específico para el sector exportador de cada país, y perjudica al factor específico de los sectores competidores con la importación, con efectos ambiguos para el factor móvil. (Bernal y Mercado, 2006: p. 2)

 La Teoría Gravitacional del Comercio Internacional

      El modelo gravitacional, establece que el comercio entre dos países estará influenciado directamente por sus tamaños económicos e inversamente relacionados con la distancia física de los mismos. Explica Ghemawa (2008), que se “prevé que las economías grandes generen más comercio en términos absolutos, tal y como cabría esperar, y que las distancias mayores entre ellas inhibirían ese comercio” (p. 64). Según este modelo, existiría una propensión mayor de Venezuela para comercializar con EEUU que con China, por ejemplo.

     Los flujos de comercio internacional, se explican de acuerdo a esta teoría por la incidencia de dos (2) variables básicas: la cercanía geográfica de un país con respecto a otro y del tamaño de las economías, medido normalmente por medio de su producto interno bruto (PIB). 

A Modo de Resumen

     Existen básicamente tres doctrinas en las cuales se ha sustentado el comercio internacional. El mercantilismo, basado en la acumulación de riquezas metálicas (oro y plata). El proteccionismo, que pretende controlar el flujo de los intercambios comerciales, con el propósito de proteger las estructuras productivas (o improductivas, más bien) del país en donde se aplica y el librecambismo (libre mercado), que propugna la libertad para el desarrollo de las actividades comerciales.

     Se cuenta con varios modelos teóricos que pretenden predecir el comportamiento del comercio internacional entre los diferentes países. Algunos de ellos son: el Modelo Ricardiano, centrado en las ventajas competitivas de las naciones (o teoría clásica), el cual parte de la especialización de los países. Otro modelo importante es el de las ventajas absolutas. Asimismo, se tiene la teoría Hecksche-Ohlin (H-O), o de las proporciones factoriales, sustentados en las ventajas comparativas, el cual incorpora el mecanismo neoclásico de precios. Existe un cuarto modelo, conocido como “el de los factores específicos”, el cual se refiere al análisis cortoplacista de los factores de producción y de la movilidad de los mismos. Por último, se tiene el modelo gravitacional del comercio, basado en la propiedad de la física newtoniana, con respecto a la fuerza gravitacional de los cuerpos. 

Referencias

Ballesteros, A. (2001). Comercio exterior. Teoría y práctica. 2ª ed. Murcia: Universidad de Murcia, Servicios de Publicaciones.

 Bernal, P. y Mercado, C. (2006). Técnica y prácticas de comercio exterior. Madrid: Universidad Rey Juan Carlos; Servicios de Publicaciones. Editorial DYKINSIN, S.L.

 Cantos, Manuel (S/F). Introducción al comercio internacional. Barcelona: De la Edición: EDIUOC, Ediciones de la Unversitat Oberta de Catalunya.

 Casani, F., Llorente, A. y Perez, E. (2002). Economía, 1 bachillerato. Madrid: Editorial Editex, S.A.

 Calva, J. (Coordinador) (2007). México en el mundo: inserción eficiente. Volumen 2. (Primera edición). México: Universidad Nacional Autónoma de México.

 Ghemawat, P. (2008). Redefiniendo la globalización. La importancia de las diferencias en un mundo globalizado. Barcelona: Ediciones Deusto.

 Mercado, S. (2000). Comercio internacional I. Mercadotecnia internacional importador-exportaciones. 4ª ed. México: Editorial Limusa.

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