miércoles, 17 de mayo de 2023

Estrategias de los Negocios Internacionales

 

El manejo del proceso estratégico de los negocios que operan en el comercio internacional es un aspecto fundamental para el éxito de cualquier empresa que desee expandir su presencia en el mercado global. Esta gestión es clave para garantizar que la entidad esté preparada para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que surgen en el entorno internacional. Las estrategias son las acciones que realiza la organización para lograr sus objetivos (Hill, 2011; Render y Heizer, 2007). Por su parte, según Wheelen y Hunger (2007), estás son componentes de un plan maestro que indica el modo en como se conseguirá la misión y los objetivos corporativos. Con ellas, se pretende construir ventajas competitivas. Las mismas son básicas para competir en un ambiente mundial. Las organizaciones deben considerar la expansión internacional, la segmentación de mercados, la diversificación, la innovación y las alianzas estratégicas para obtener el éxito en el contexto internacional. Es esencial que las firmas evalúen cada elemento estratégico de su plan. Esto para asegurarse de que se adapta a su misión, visión, valores, sus objetivos y necesidades.

Según Hill (2011), las estrategias que diseña y utiliza la empresa son con el propósito de maximizar su valor en el mercado, así como, para el beneficio de sus propietarios y accionistas. La gestión de cualquier compañía con fines de lucro debe buscar incrementar su rentabilidad y con ello fortalecer su utilidad financiera. Dicha motivación pretende crear soluciones para los clientes por medio de los bienes y servicios que se les ofrece. Esto permite la recuperación del capital invertido, responder a los riesgos del negocio y su supervivencia en el mediano y largo plazo. Entonces, las estrategias que usa la corporación tienen el fin de buscar el aseguramiento de la vida y crecimiento de la organización, tanto, en el contexto nacional, como internacional. De allí la relevancia que este tema posee para las firmas que desean incursionar en el escenario global. Las corporaciones deben diseñar estrategias y planes que les permita minimizar los riesgos que significa el competitivo ambiente de los negocios internacionales. Esto, posibilita tener respuestas ante eventuales circunstancia que se pueden presentar en el entorno extranjero.

Estrategias en las Operaciones Globales

Las operaciones en el campo internacional se relacionan con las actividades comerciales de una empresa que tienen lugar en diferentes países y regiones del mundo (Arnoletto, 2007). Ellas incluyen la producción, distribución y venta de bienes y servicios en mercados extranjeros. Las mismas se han vuelto cada vez más comunes en el mundo empresarial actual debido a la globalización y la creciente interconexión entre las economías mundiales. Las organizaciones buscan expandirse a nuevos territorios para aumentar sus ventas y diversificar sus negocios. Estas actividades globales también presentan desafíos únicos para las firmas, como la gestión de diversas culturas, leyes y regulaciones, y la necesidad de adaptarse a múltiples realidades empresariales y políticas. Para tener éxito en dichas operaciones, las compañías deben desarrollar estrategias globales que tengan en cuenta las diferencias culturales y económicas del entorno internacional. Además, deben ser capaces de la ágil adecuación a los cambios del contexto globalizado. Se requiere que mantengan una atención constante en la calidad y la rentabilidad de sus operaciones en todo el mundo.

El uso de estrategias globales busca expandir las operaciones del negocio al ámbito internacional. Es decir, es un intento sistemático de utilizar las fortalezas de gestión que posee la empresa para explorar y actuar en mercados extranjeros. Menciona Arnoletto (2007), que este tipo de acciones son relevante para la entidad debido a que permite generar e incrementar sus ingresos. Ello, gracias a la oportunidad de aumentar sus ventas en nuevos lugares. Con esto se mejora sus beneficios y su rentabilidad. También, le puede procurar la capacidad de acceder a recursos adicionales. El hecho de entrar en nuevos territorios aumenta el atractivo financiero de la compañía. Además, tiene la opción de gestionar en ambientes económicos distintos al local. Adicionalmente, se le suma la posibilidad de reducir sus costos operativos, por ejemplo, los laborales (Arnoletto, 2007). 

Por otra parte, al operar en distintos mercados se puede aprovechar los beneficios de la economía de escala, por ser mayor la cantidad de clientes a los cuales se les puede servir. Esta se origina cuando un productor logra una reducción de sus costos fijos como consecuencia del incremento de su producción, con lo cual sus costos unitarios tienden a ser más bajos (Chosgo Tala, 2022). Dicha situación se traduce en aumento de la eficiencia. Aunado a este aspecto favorable, actuar en el mercado extranjero brinda la oportunidad de la diversificación de diferentes tipos de riesgos. Así, es posible manejar los riesgos de mercado, operativos, políticos, financieros, entre otros. Al entrar en nuevas áreas de negocios en el extranjero se puede minimizar las amenazas de depender de un solo territorio nacional, con todo lo que ello implica. Asimismo, las operaciones globales permiten mayor flexibilidad operativa. En efecto, gestionar en el ambiente internacional facilita el traslado de los negocios de un lugar a otro en caso de necesidad. De forma adicional, ayuda a mover las operaciones al exterior sí las condiciones del medio local se hacen inapropiadas. Además, propicia crear asociaciones estratégicas con firmas foráneas. Faculta para vender en otros lugares y valerse de las ventajas de comercializar en diversos puntos geográficos. En fin, contribuye a ser más flexible en la toma de decisión empresarial y comercial. 

Las empresas que realizan negocio en el ambiente global son aquellas que se involucran en el comercio o inversiones en el extranjero (Chosgo Tala, 2022; Render y Heizer, 2007). Las organizaciones internacionales o multinacionales aprovechan las oportunidades del mercado mundial con el uso de al menos cuatro estrategias básicas: la internacional, multidoméstica, global y la trasnacional. La primera es la más común en la gestión inicial del comercio extra fronterizo. Se enfoca en las exportaciones y licencias para la demanda de clientes localizados en otros países. De acuerdo con Render y Heizer (2007), es la acción que genera las menores ventajas, por la poca capacidad de respuesta local y la reducida posibilidad de procurar beneficios en costos. Es una clase de movimiento de relativa sencillez para entrar con cierta facilidad en los mercados internacionales (Jorge-Martín. 2022), debido a que las exportaciones necesitan pocos cambios en las operaciones que ellas suponen. Además, se requiere de baja inversión económica y humana. Asimismo, mucho del riesgo que existe se transfiere al importador. 

Se tiene la estrategia multidoméstica que se caracteriza porque descentraliza la autoridad y presenta una autonomía sustancial a los distintos negocios (Render y Heizer, 2007). En general, esta clase de estrategia se basa en subsidiaria, franquicias o alianzas estratégicas que operan con alto nivel de independencia. Según los mencionados autores, la bondad de esta estrategia resulta de maximizar una respuesta competitiva para el mercado local. Al igual que la anterior, aquí se presentan poca ventaja de costos. Las organizaciones multidoméstica se adaptan a los gustos, necesidades y costumbres del mercado en el cual compiten. Si en un país se desea vender un producto, se debe adaptar las características del mismo a los requerimientos, gustos y preferencias de los clientes potenciales de dicho lugar. Por ejemplo, cuando una empresa venezolana exporta un alimento a México y allí le satisface el picante, pues ese producto se envía con el sabor necesario que asegure la aceptación de ese público objetivo. 

La estrategia global parte de la centralización de la empresa principal. En la sede central se toman decisiones para la coordinación y organización del negocio internacional. Ella se basa en la estandarización y en el proceso de aprendizaje operativo que permita lograr economía de escala (Render y Heizer, 2007). En este caso ocurre reducción de costos. Sin embargo, es contraproducente si se pretende atender una demanda exigente en cuanto a las características de los bienes que se desea ofrecer. Este tipo de estrategia se puede aplicar cuando la firma comercializa uno o varios productos que se percibe en el mercado internacional como de calidad y posee aceptación por ello.

Por su parte, la estrategia trasnacional se sustenta en un mayor aprovechamiento de la economía de escala y aprendizaje. Es un tipo de acción en la que pueden desarrollar sus competencias básicas tanto en su sede local como fuera de su país. Son organizaciones que traspasan las fronteras domésticas o nacionales (Render y Heizer, 2007). Entonces, resulta en corporaciones que pueden atender la demanda valiéndose de estrategias de diferenciación, bajo costo y respuesta precisas que se ajustan a las necesidades de los clientes. En realidad, son verdaderos negocios mundiales, cuya identidad nacional carece de relevancia. Se trata de corporaciones que dejan de depender del concepto de centralización o descentralización. Su esencia es la dispersión de recursos y actividades. Sin embargo, ellas son especializadas, flexibles y eficientes. Funcionan como una red operativa interdependiente. Pueden vender un producto en un país, pero la elaboración del mismo requiere de materia prima de distintos lugares, con empleados de muchos países y variadas culturas, con capital que proviene de inversores de diversos orígenes y con interesados en múltiples mercados. 

En resumen, la búsqueda de nuevos mercados internacionales es un paso fundamental para cualquier empresa. Es un modo de incrementar sus niveles de negocios, sus ingresos, su rentabilidad y su crecimiento en el mediano y largo plazo. No obstante, esa visión o deseo se debe evaluar a la luz de las capacidades reales de la organización y tener un profundo entendimiento de las implicaciones de gestionar en el entorno global competitivo. En tal sentido, contar con estrategias claras, racionales y bien formuladas es un requisito indispensable para aumentar las posibilidades de alcanzar los objetivos que se plantean. 

Referencias 

Arnoletto, E. (2007) Administración de la producción como ventaja competitiva. Edición electrónica gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2007b/299/

Chosgo Tala, A. (2022). Notas sobre las teorías del comercio internacional. Universidad y Cambio, 6(6), 57-71. 

http://dicyt.uajms.edu.bo/revistas/index.php/universidad-y-cambio/article/view/1493

Hill, C. (2011). Negocios Internacionales. Competencia en el mercado global. 8va. Ed. McGraw-Hill/Interamericana Editores, S.A. de C.V. 

Jorge-Martín, R. (2022). Internacionalización y supervivencia exportadora. Un estado de la cuestión. Anuario jurídico y económico escurialense, (55), 245-268.

Wheelen, T. y Hunger, J. (2007). Administración estratégica y políticas de negocios. Conceptos y casos. 10ma ed. Pearson Educación de México, S.A. de C.V.


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