El manejo del proceso estratégico de los negocios que operan en el comercio internacional es un aspecto fundamental para el éxito de cualquier empresa que desee expandir su presencia en el mercado global. Esta gestión es clave para garantizar que la entidad esté preparada para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que surgen en el entorno internacional. Las estrategias son las acciones que realiza la organización para lograr sus objetivos (Hill, 2011; Render y Heizer, 2007). Por su parte, según Wheelen y Hunger (2007), estás son componentes de un plan maestro que indica el modo en como se conseguirá la misión y los objetivos corporativos. Con ellas, se pretende construir ventajas competitivas. Las mismas son básicas para competir en un ambiente mundial. Las organizaciones deben considerar la expansión internacional, la segmentación de mercados, la diversificación, la innovación y las alianzas estratégicas para obtener el éxito en el contexto internacional. Es esencial que las firmas evalúen cada elemento estratégico de su plan. Esto para asegurarse de que se adapta a su misión, visión, valores, sus objetivos y necesidades.
Según Hill (2011), las estrategias que diseña y utiliza la
empresa son con el propósito de maximizar su valor en el mercado, así como, para el beneficio de sus propietarios y accionistas. La gestión de cualquier compañía con fines de
lucro debe buscar incrementar su rentabilidad y con ello fortalecer su utilidad
financiera. Dicha motivación pretende crear soluciones para los clientes por
medio de los bienes y servicios que se les ofrece. Esto permite la recuperación
del capital invertido, responder a los riesgos del negocio y su supervivencia
en el mediano y largo plazo. Entonces, las estrategias que usa la corporación
tienen el fin de buscar el aseguramiento de la vida y crecimiento de la
organización, tanto, en el contexto nacional, como internacional. De allí la
relevancia que este tema posee para las firmas que desean incursionar en el escenario
global. Las corporaciones deben diseñar estrategias y planes que les permita
minimizar los riesgos que significa el competitivo ambiente de los negocios
internacionales. Esto, posibilita tener respuestas ante eventuales
circunstancia que se pueden presentar en el entorno extranjero.
Estrategias
en las Operaciones Globales
Las operaciones en el campo internacional se relacionan con las actividades
comerciales de una empresa que tienen lugar en diferentes países y regiones del
mundo (Arnoletto, 2007). Ellas incluyen la producción, distribución y venta de
bienes y servicios en mercados extranjeros. Las mismas se han vuelto cada vez
más comunes en el mundo empresarial actual debido a la globalización y la
creciente interconexión entre las economías mundiales. Las organizaciones
buscan expandirse a nuevos territorios para aumentar sus ventas y diversificar
sus negocios. Estas actividades globales también presentan desafíos únicos para
las firmas, como la gestión de diversas culturas, leyes y regulaciones, y la
necesidad de adaptarse a múltiples realidades empresariales y políticas. Para
tener éxito en dichas operaciones, las compañías deben desarrollar estrategias
globales que tengan en cuenta las diferencias culturales y económicas del entorno
internacional. Además, deben ser capaces de la ágil adecuación a los cambios
del contexto globalizado. Se requiere que mantengan una atención constante en
la calidad y la rentabilidad de sus operaciones en todo el mundo.
El
uso de estrategias globales busca expandir las operaciones del negocio al ámbito internacional. Es decir, es un intento
sistemático de utilizar las fortalezas de gestión que posee la empresa para
explorar y actuar en mercados extranjeros. Menciona Arnoletto (2007), que este
tipo de acciones son relevante para la entidad debido a que permite generar e
incrementar sus ingresos. Ello, gracias a la oportunidad de aumentar sus ventas
en nuevos lugares. Con esto se mejora sus beneficios y su rentabilidad.
También, le puede procurar la capacidad de acceder a recursos adicionales. El
hecho de entrar en nuevos territorios aumenta el atractivo financiero de la
compañía. Además, tiene la opción de gestionar en ambientes económicos
distintos al local. Adicionalmente, se le suma la posibilidad de reducir sus
costos operativos, por ejemplo, los laborales (Arnoletto, 2007).
Por
otra parte, al operar en distintos mercados se puede aprovechar los beneficios
de la economía de escala, por ser mayor la cantidad de clientes a los cuales se
les puede servir. Esta se origina cuando un productor logra una reducción de
sus costos fijos como consecuencia del incremento de su producción, con lo cual
sus costos unitarios tienden a ser más bajos (Chosgo Tala, 2022). Dicha
situación se traduce en aumento de la eficiencia. Aunado a este aspecto
favorable, actuar en el mercado extranjero brinda la oportunidad de la
diversificación de diferentes tipos de riesgos. Así, es posible manejar los
riesgos de mercado, operativos, políticos, financieros, entre otros. Al entrar
en nuevas áreas de negocios en el extranjero se puede minimizar las amenazas de
depender de un solo territorio nacional, con todo lo que ello implica. Asimismo,
las operaciones globales permiten mayor flexibilidad operativa. En efecto,
gestionar en el ambiente internacional facilita el traslado de los negocios de
un lugar a otro en caso de necesidad. De forma adicional, ayuda a mover las
operaciones al exterior sí las condiciones del medio local se hacen
inapropiadas. Además, propicia crear asociaciones estratégicas con firmas foráneas.
Faculta para vender en otros lugares y valerse de las ventajas de comercializar
en diversos puntos geográficos. En fin, contribuye a ser más flexible en la
toma de decisión empresarial y comercial.
Las
empresas que realizan negocio en el ambiente global son aquellas que se
involucran en el comercio o inversiones en el extranjero (Chosgo Tala, 2022;
Render y Heizer, 2007). Las organizaciones internacionales o multinacionales
aprovechan las oportunidades del mercado mundial con el uso de al menos cuatro
estrategias básicas: la internacional, multidoméstica, global y la
trasnacional. La primera es la más común en la gestión inicial del comercio extra
fronterizo. Se enfoca en las exportaciones y licencias para la demanda de
clientes localizados en otros países. De acuerdo con Render y Heizer (2007), es
la acción que genera las menores ventajas, por la poca capacidad de respuesta
local y la reducida posibilidad de procurar beneficios en costos. Es una clase
de movimiento de relativa sencillez para entrar con cierta facilidad en los
mercados internacionales (Jorge-Martín. 2022), debido a que las exportaciones
necesitan pocos cambios en las operaciones que ellas suponen. Además, se
requiere de baja inversión económica y humana. Asimismo, mucho del riesgo que
existe se transfiere al importador.
Se
tiene la estrategia multidoméstica que se caracteriza porque descentraliza la
autoridad y presenta una autonomía sustancial a los distintos negocios (Render
y Heizer, 2007). En general, esta clase de estrategia se basa en subsidiaria,
franquicias o alianzas estratégicas que operan con alto nivel de independencia.
Según los mencionados autores, la bondad de esta estrategia resulta de
maximizar una respuesta competitiva para el mercado local. Al igual que la
anterior, aquí se presentan poca ventaja de costos. Las organizaciones
multidoméstica se adaptan a los gustos, necesidades y costumbres del mercado en
el cual compiten. Si en un país se desea vender un producto, se debe adaptar
las características del mismo a los requerimientos, gustos y preferencias de
los clientes potenciales de dicho lugar. Por ejemplo, cuando una empresa
venezolana exporta un alimento a México y allí le satisface el picante, pues
ese producto se envía con el sabor necesario que asegure la aceptación de ese
público objetivo.
La
estrategia global parte de la centralización de la empresa principal. En la
sede central se toman decisiones para la coordinación y organización del
negocio internacional. Ella se basa en la estandarización y en el proceso de
aprendizaje operativo que permita lograr economía de escala (Render y Heizer,
2007). En este caso ocurre reducción de costos. Sin embargo, es
contraproducente si se pretende atender una demanda exigente en cuanto a las
características de los bienes que se desea ofrecer. Este tipo de estrategia se
puede aplicar cuando la firma comercializa uno o varios productos que se
percibe en el mercado internacional como de calidad y posee aceptación por ello.
Por
su parte, la estrategia trasnacional se sustenta en un mayor aprovechamiento de
la economía de escala y aprendizaje. Es un tipo de acción en la que pueden
desarrollar sus competencias básicas tanto en su sede local como fuera de su
país. Son organizaciones que traspasan las fronteras domésticas o nacionales
(Render y Heizer, 2007). Entonces, resulta en corporaciones que pueden atender
la demanda valiéndose de estrategias de diferenciación, bajo costo y respuesta precisas
que se ajustan a las necesidades de los clientes. En realidad, son verdaderos
negocios mundiales, cuya identidad nacional carece de relevancia. Se trata de corporaciones
que dejan de depender del concepto de centralización o descentralización. Su
esencia es la dispersión de recursos y actividades. Sin embargo, ellas son
especializadas, flexibles y eficientes. Funcionan como una red operativa
interdependiente. Pueden vender un producto en un país, pero la elaboración del
mismo requiere de materia prima de distintos lugares, con empleados de muchos
países y variadas culturas, con capital que proviene de inversores de diversos
orígenes y con interesados en múltiples mercados.
En
resumen, la búsqueda de nuevos mercados internacionales es un paso fundamental
para cualquier empresa. Es un modo de incrementar sus niveles de negocios, sus
ingresos, su rentabilidad y su crecimiento en el mediano y largo plazo. No
obstante, esa visión o deseo se debe evaluar a la luz de las capacidades reales
de la organización y tener un profundo entendimiento de las implicaciones de
gestionar en el entorno global competitivo. En tal sentido, contar con
estrategias claras, racionales y bien formuladas es un requisito indispensable
para aumentar las posibilidades de alcanzar los objetivos que se plantean.
Referencias
Arnoletto, E. (2007) Administración de la producción como ventaja competitiva. Edición electrónica gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2007b/299/
Chosgo Tala, A. (2022). Notas sobre las teorías del comercio internacional. Universidad y Cambio, 6(6), 57-71.
http://dicyt.uajms.edu.bo/revistas/index.php/universidad-y-cambio/article/view/1493
Hill, C. (2011). Negocios Internacionales. Competencia en el mercado global. 8va. Ed. McGraw-Hill/Interamericana Editores, S.A. de C.V.
Jorge-Martín, R. (2022). Internacionalización y supervivencia exportadora. Un estado de la cuestión. Anuario jurídico y económico escurialense, (55), 245-268.
Wheelen, T. y Hunger, J. (2007). Administración estratégica y políticas de negocios. Conceptos y casos. 10ma ed. Pearson Educación de México, S.A. de C.V.
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