El cúmulo de información en la actualidad es impresionante. Existe un exceso de datos, cada vez se emiten más libros, más artículos científicos, circula mayor cantidad de noticias, las empresas acumulan más informe, datos y conocimientos que en diversos casos son inútiles para sus objetivos. Este escenario puede crea un síndrome de parálisis por información. Se tiene tanta, desde diversas fuentes, de muchos tipos, buenas y malas, pertinentes o no, que pueden originar que las organizaciones pierdan la capacidad de utilizarla de forma eficiente. Resolver esto es crucial, por al menos dos razones. La primera, la información es costosa. Obtenerla, procesarla, producirla y comprenderla precisa de tiempo, recursos financieros y humanos. Entonces, gestionarla de modo inteligente es determinante. En segunda instancia, la información es fuente de poder. Contar con ella de forma oportuna, concreta, concisa y en la medida exacta de las necesidades el negocio ofrece ventajas competitivas que podría ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. En un mundo hipercompetitivo, dinámico, global y complejo, tomar decisiones acertadas y a gran velocidad es imprescindible. Para esto se debe tener información de calidad, pero que sea la que se requiere para los fines del negocio.