De modo habitual, las organizaciones dentro de su gestión normal se deben plantear la ejecución de un proceso presupuestario que le permita efectuar la planificación y control de sus operaciones de forma eficiente. Para ello, deben prever sus niveles de ventas o ingreso, sus necesidades de materia prima, de mano de obra y de otros insumos requeridos para llevar a cabo su proceso productivo, esto en caso de empresas manufactureras. Para las entidades de servicios de igual manera deben pronosticar la cantidad de ingresos que esperan percibir por la prestación de sus servicios, así como los costos y gastos en los que debe incurrir para lograrlo. Adicionalmente, se requiere que presupuesten sus gastos administrativos, de mercadeo y de otros necesarios para mantener el negocio en marcha. Los presupuestos de operaciones confluyen y se integran en el “presupuesto de tesorería”, que alimenta a su vez el plan financiero, que son las estimaciones de lo que se debe invertir y de cuánto debe ser el financiamiento requerido. Al final todo esto permite la elaboración de los estados financieros proyectados o proformas. A este grupo presupuestario se le conoce como “presupuestos financieros”.
Los estados financieros presupuestados o
estados financieros proformas, son herramientas fundamentales en la
planificación financiera de una organización. Estos estados proporcionan una
visión detallada de cómo se espera que se desarrollen las finanzas de la entidad
en un período futuro determinado, generalmente de uno a cinco años. En estos se
resumen los resultados finales que espera lograr una empresa en un periodo determinado,
en función a la gestión económica y comercial que espera realizarse. Según Ross
et. al. (2000), es un medio de fijación de metas de corto, mediano y largo
plazo, que permite motivar a la organización y proporciona un marco de
referencia que facilita medir el desempeño que se espera. Con respecto a este
planteamiento, Gitman (2003) menciona, que “la planeación financiera es un
aspecto importante de las operaciones de la empresa porque proporciona una guía
para dirigir y controlar las acciones de la empresa para alcanzar sus
objetivos” (p. 97). El estado de resultados presupuestado muestra las
estimaciones de ingresos y gastos esperados durante un período determinado,
permitiendo evaluar la rentabilidad futura de la firma. De modo común, se
desglosa por áreas clave como ventas, costos de producción y gastos generales y
administrativos.
Gracias a los estados proformas, es posible
realizar una planificación y control de las utilidades. Es factible con los
mismos evaluar anticipadamente cómo la gestión global de la organización
impacta sobre los beneficios que se esperan lograr. Además, ofrece los
lineamientos fundamentales para gestionar los cambios dentro de la corporación
(Ross et. al., 2000). Por ejemplo, si los accionistas esperan lograr un 30% de
rentabilidad, ellos por medio de la proyección de los estados financieros
pueden tener una idea de que tan cerca estarán de alcanzar su meta de
rentabilidad. En caso de ser insatisfactorio los resultados esperados, es factible
realizar los análisis correspondientes y efectuar los ajustes que sean
convenientes, siempre y cuando la realidad económica y de negocio lo permita.
Una de las características más
destacadas de los estados financieros presupuestados es que están compuestos
por estimaciones y proyecciones basadas en hipótesis realistas y fundamentadas.
Estas previsiones se basan en datos históricos, investigaciones de mercado,
análisis de tendencias y el conocimiento experto de los profesionales
financieros. Al centrarse en el futuro, los estados financieros presupuestados
brindan una guía para la toma de decisiones financieras y permiten evaluar la
viabilidad de los planes de negocio. La estructura de los estados financieros
presupuestados es similar al que presentan los estados financieros tradicionales, que
incluyen el estado de resultados, el estado de situación financiera y el estado
de flujos de efectivo. Ello es así, debido a que siguen la misma estructura
formal, pero con la diferencia que su base son datos proyectados a partir de
ciertas premisas, mientras que los otros se sustentan en cifras históricas
reales que ocurrieron en su momento.
Es, por tanto, que el estado de situación
financiera (ante balance general) presupuestado proporciona una instantánea de
la situación financiera esperada de la empresa en un momento específico del
tiempo. Incluye activos, pasivos y patrimonio neto proyectados. Este estado es
vital para comprender la posición de la entidad en términos de solvencia y
liquidez. El estado de flujos de efectivo presupuestado muestra las
proyecciones de entradas y salidas de efectivo durante un período definido. Este
posibilita evaluar la capacidad de la entidad para generar efectivo y cubrir
sus necesidades operativas y de inversión. De igual modo, el estado de
resultado proyectado indica los niveles de ingresos que se esperan lograr en el
lapso dado, señalando los costos y gastos necesarios para que sucedan esos
ingresos. Al final, informan cuál es la utilidad o ganancia que se estima
obtener en la explotación del negocio.
Estos estados financieros presupuestados
son de vital importancia para la gestión financiera de una empresa.
Proporcionan una base sólida para la toma de decisiones estratégicas, lo que
permite planificar el uso eficiente de los recursos financieros de la corporación.
Los estados financieros presupuestados son instrumentos esenciales en la
identificación y corrección de posibles desviaciones o problemas financieros
antes de que ocurran. Como señala Ross et. al. (2000), ellos permiten precisar
las oportunidades de inversión de la entidad puede aprovechar. Posibilitan
determinar, a priori, el grado de apalancamiento que requiere el negocio, así
como su estructura de capital. Todo, esto a su vez, fija el costo de capital
que puede tener el negocio. Además, facilita las previsiones de la gestión
financiera de corto plazo, tales como tesorería, manejo de inventarios, cuenta
y efectos por cobrar y pagar. Es decir, indica de antemano los aspectos claves en cuanto a la administración del capital de trabajo, del ciclo del efectivo y
del operativo.
La planificación financiera traducida en
los estados financieros proformas, permite evaluar escenarios, en los cuales se
responden las preguntas estratégicas de “qué pasa si”, lo que hace posible la toma
de decisión oportuna, racional y coherente. ¿Qué pasa si se aumenta los precios
de venta?, ¿cómo ello impacta la utilidad de la empresa?; ¿cómo afecta la demanda
de los productos?; ¿cómo incide los niveles de compras?; ¿cuánto efectivo requiere
utilizarse?, entre otras interrogantes.
De igual modo, con el manejo de los
estados financieros proformas es factible efectuar los análisis financieros
tradicionales, evaluando los niveles de liquidez, de endeudamiento, de gestión
y de resultados. Con estas proyecciones se pueden verificar la posición
financiera de la empresa, sus necesidades de financiamiento, su sanidad
financiera y su sostenibilidad económica. En fin, los estados financieros
proyectados permiten tener una idea aproximada de cuáles son las posibilidades
que posee la institución para cumplir con sus objetivos, siendo posible tomar
decisiones que permitan ajustar situaciones que atentan contra los planes
estratégicos de la organización. Además, los estados financieros presupuestados
sirven como un punto de referencia para evaluar el desempeño real de la firma.
Al comparar los resultados reales con las proyecciones presupuestadas, se pueden identificar áreas de mejoras y realizar ajustes en la planificación financiera
para lograr los objetivos establecidos.
La utilidad de los estados financieros
proformas en el proceso de formulación de presupuesto, radica en el hecho de
que a través de estos es posible evaluar de antemano los resultados finales que se esperan de la firma. Son un
medio para estimar potenciales logros o escenarios que permiten pensar en
esas realidades probables, aunque inciertas. Esto se transforma en una práctica
gerencial fundamental para ser proactivos, en lugar de reactivos. Adicionalmente,
preparan a los tomadores de decisiones para estar listos antes determinadas
circunstancias que pueden poner en riesgo a la corporación. Con estas
proyecciones se justifica efectuar los análisis de sensibilidad, responder
preguntas del tipo “que pasa sí”, que son forma de plantearse hipótesis y
buscar soluciones anticipadas. Con esto se posibilita generar información que
coadyuvan a decidir los asuntos de manera racional.
Los estados financieros presupuestados,
como instrumentos confluyentes del resto de los presupuestos, permiten verificar
sí las decisiones tomadas en cuanto a los niveles de actividad son acordes con
el plan global de la organización, o con las exigencias del mercado o, en última
instancia, con los accionistas o principales de la empresa. Los estados
financieros presupuestados son documentos esenciales en la gestión financiera
de una entidad. Proporcionan una visión clara y detallada de cómo se espera que
se desarrollen las finanzas de la firma en el futuro, lo que permite una
planificación estratégica y una toma de decisiones fundamentada. Estos estados
son una herramienta esencial para evaluar el rendimiento financiero y corregir
posibles desviaciones en el camino hacia el éxito empresarial.
En resumen, los estados
financieros proformas, revisten especial relevancia para la planificación y
control de las empresas. Por medio de ellos, las mismas puede expresar en
términos monetarios los planes de corto plazo, que a su vez responde a los de
largo plazo, que se conocen como “planes estratégicos”. Existe un presupuesto
general, llamado presupuesto maestro, en el cual confluyen todos los demás, que
conforman un sistema presupuestario. El presupuesto de venta es inicial, del
cual parten todos los demás. De él surgen el presupuesto de producción, el de
compra, de mano de obras y de los gastos indirectos de fabricación, en caso de
empresas manufactureras. Asimismo, los antes mencionados alimentan a los
presupuestos financieros, entre ellos el presupuesto de tesorería, en el cual
se estiman las entradas y salidas de recursos monetarios durante el periodo
presupuestario. Todas estas estimaciones culminan con la realización de los
estados financieros proyectados o proformas.
Referencias
Gitman,
L. (2003). Principios de administración
financiera. 10ma. ed.
Pearson Educación.
Ross, S.; Westerfield, R. y Jaffe, J. (2000). Finanzas corporativas.
5ta ed. McGraw-Hill Interamericana, S.A. de C.V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario