jueves, 12 de octubre de 2023

El Apalancamiento Financiero en la Empresa

 

Las empresas requieren para su funcionamiento y supervivencia recursos de diversos tipos, humanos, tecnológicos, materiales y financieros. Justamente, estos últimos son los que asegura el resto. En efecto, contar con fondos monetarios es un factor clave para el éxito de cualquier iniciativa empresarial. Con ellos es posible para la entidad pagar los insumos, servicios, compromisos con terceros y otros elementos que requiere para sus procesos productivos. La compañía debe tener la capacidad para producir el dinero que necesita con sus propias actividades comerciales, lo que garantiza su sostenibilidad en el tiempo y demuestra su viabilidad en el mercado. Sin embargo, en muchas ocasiones, pese a que el negocio tiene la posibilidad de generar recursos, se debe recurrir a fuentes externas para obtener dinero adicional para financiar las operaciones de la organización o la ejecución de nuevos proyectos que aseguren su crecimiento. Esa acción se conoce como apalancamiento financiero, que es una estrategia que asume la organización y que afecta su estructura financiera. Qué tan buena es depende de las condiciones de ese apalancamiento y de las propias características del apalancado. Como todo tiene sus ventajas, desventajas y riesgos, por lo cual no es una decisión que no se debe tomar a la ligera.

En el ámbito financiero, el término “apalancamiento” se refiere a la utilización de deuda para financiar las operaciones de una empresa. Para Block e Hirt, (2001), el apalancamiento financiero “refleja la cantidad de deuda que forma parte de la estructura de capital de una empresa” (p. 120). El efecto apalancamiento financiero es una medida de cómo el uso de obligaciones financieras puede afectar el rendimiento y la solidez de una empresa (Ross et. al., 2000). Este alude al empleo de pasivos para financiar las operaciones de una empresa. A través de la misma, una organización puede aumentar su rentabilidad, pero también sus riesgos. Un mayor apalancamiento puede incrementar el rendimiento de los accionistas, aunque de igual modo incrementa el riesgo de insolvencia. La utilización de deuda se sustenta en la estructura de capital de la empresa, es decir, en la proporción entre acreencias y patrimonio. Todo esto amplifica el impacto de los cambios en los ingresos de la empresa, lo que puede llevar a mayores beneficios o al incremento de las pérdidas. La fortaleza de la empresa se relaciona con su capacidad para manejar los riesgos asociados al apalancamiento.

El apalancamiento financiero permite a las empresas aprovechar sus recursos existentes y ampliar su capacidad de inversión a través de la obtención de fondos adicionales. Esto se logra mediante la emisión de deuda, que puede tomar la forma de préstamos, emisión de bonos o incluso la utilización de líneas de crédito. Al utilizar pasivos, una empresa puede financiar proyectos de expansión, adquisiciones u otras inversiones sin tener que utilizar su propio capital. Esto puede conducir a un crecimiento más rápido y a una mejora en la rentabilidad. No obstante, el apalancamiento financiero también implica riesgos significativos. Uno de los principales riesgos es el costo de la deuda. Las entidades deben pagar intereses sobre sus compromisos con terceros, lo que puede reducir su rentabilidad y su posibilidad para reinvertir en el negocio. Al mismo tiempo, si la entidad no puede generar suficientes ingresos para cubrir sus pagos de intereses y capital, es posible caer en incumplimiento y enfrentar consecuencias financieras adversas, como la quiebra.

El apalancamiento puede aumentar la volatilidad de los resultados de una empresa. Esto se debe a que los costos fijos asociados con la deuda se deben pagar independientemente de la situación económica o los efectos operativos de la empresa. En momentos de dificultades económicas o de bajo rendimiento, esto puede elevar la presión sobre la entidad y poner en riesgo su firmeza financiera. Por otro lado, el apalancamiento financiero puede ofrecer ciertos beneficios. Uno de ellos es el efecto fiscal, que se refiere a la capacidad de deducir los intereses sobre la deuda como gasto empresarial. Esto implica la posibilidad reducir la carga impositiva de la compañía y mejorar su flujo de efectivo disponible. De modo adicional, además puede ampliar el rendimiento y la rentabilidad de una empresa si sus proyectos de inversión generan un rendimiento superior al costo de la deuda. En este caso, el apalancamiento permite a la institución beneficiarse de un mayor rendimiento sin tener que invertir su propio capital. Ahora bien, es determinante tener en cuenta que los proyectos de inversión por lo general conllevan riesgos y pueden no ser exitosos, lo que tiende a perjudicar la solidez financiera de la empresa.

El apalancamiento financiero facilita que las empresas inviertan más dinero del que tienen disponible, lo que se puede traducir en mayores ganancias. Sin embargo, también puede aumentar el riesgo de quiebra si la compañía es incapaz de generar suficientes ingresos para enfrentar sus obligaciones financieras. Es necesario encontrar un equilibrio entre el endeudamiento y el riesgo para mantener la solidez financiera de la entidad.

Por ejemplo, en los siguientes cuadros se puede observar el efecto del uso del apalancamiento financiero en tres empresas hipotéticas. En la “A” se utiliza solo capital propio, en las siguientes se maneja endeudamiento como se muestra enseguida. Se supone una inversión de US$ 2.500M. El valor de las acciones es de US$ 1.000 cada una. El costo de capital se estima en un 10% y se espera que las empresas tengan la suficiente eficiencia para gestionar el proyecto de un modo tal que ofrezca una rentabilidad de al menos 20% anual. Siendo así, se constata que, en condiciones favorables, mientras mayor el endeudamiento mejor será la rentabilidad del capital y la utilidad por acciones. Por tanto, el beneficio para los accionistas de las empresas endeudadas será superior que sin deuda. En esta situación, los acreedores asumen parte importante de los riesgos de esos negocios. Entonces, el apalancamiento en escenarios favorables atractivo para las corporaciones.

 


Ahora bien, el uso del apalancamiento financiero, a pesar de su atractivo, involucra riesgos que se deben tener en cuenta. Cuando los ingresos caen por alguna razón, el efecto sobre las empresas se potencia como se puede observar en los siguientes cuadros. En la que está libre de deudas, el impacto negativo es menor que en las apalancadas. Ello se verifica en la rentabilidad del capital y la UPA: Esta situación demuestra que el apalancamiento financiero resulta ser una operación riesgosa, tanto para los acreedores como para la propia prestataria. Dicha realidad implica que este recurso de fortalecimiento financiero debe utilizarse con prudencia y en función a estudios de escenarios y de una planificación racional.



Como se ha dicho, el apalancamiento financiero es una herramienta que permite magnificar los resultados financieros como se observa en los cuadros anteriores, lo cual es un notable impacto en el manejo financiero empresarial. El uso de la deuda financiera en las compañías puede generar grandes beneficios, pero de modo adicional puede ser un factor determinante en la estabilidad corporativa. En ese sentido, es esencial tener en cuenta que el efecto apalancamiento puede permitir impulsar los beneficios, pero también puede aumentar los costos financieros, lo cual pone en riesgo el patrimonio del negocio. En virtud de ello, los directivos deben ser cuidadosos al tomar decisiones financieras y conocer los límites de endeudamiento que facilita mantener un balance adecuado en la estructura de capital de la institución. La gestión del apalancamiento financiero es una tarea clave para garantizar la solidez de la empresa y evitar posibles problemas de liquidez. En este sentido, es relevante fomentar una cultura financiera corporativa que posibilite asumir decisiones informadas que se fundamenten en un análisis riguroso de los costos y beneficios de cada operación financiera en la que se involucre la organización.

La utilización de deuda financiera es significativa debido a que facilita a la entidad gestionar de manera más efectivo sus recursos, lo que puede aumentar el retorno de inversión de sus accionistas. No obstante, existe un riesgo en el uso excesivo de la misma, debido a que cualquier disminución en la rentabilidad de la empresa se amplifica y puede provocar su fracaso. El manejo del endeudamiento permite que la firma pueda obtener mayor cantidad de fondos de los que tiene disponibles de forma inmediata, lo que posibilita financiar nuevos proyectos y oportunidades de crecimiento. Sin embargo, es conveniente evaluar de un modo cuidadoso los costos del endeudamiento y la capacidad de la empresa para pagar los intereses y amortizaciones de los préstamos. Se debe tener presente que el apalancamiento puede tener un efecto positivo o negativo en la solidez de la empresa, dependiendo de cómo se use y de la situación del mercado. En algunos casos, la deuda puede impulsar el crecimiento del negocio, mientras que, en otros, la falta de solvencia puede ocasionar una caída en su valor. En consecuencia, Es esencial evaluar con sumo cuidada los diversos factores que pueden afectar la estructura de capital de la corporación.

Los inversionistas o accionistas deben evaluar la capacidad y solvencia de la empresa para administrar sus finanzas de forma efectiva y mantener una sólida posición financiera en el mercado a largo plazo. El apalancamiento financiero es una herramienta crucial para la gestión empresarial, que permite a la firma aprovechar oportunidades de inversión y crecimiento. Sin embargo, es determinante reconocer que todo endeudamiento conlleva asumir riesgos para las partes involucradas. Es por ello, que el manejo de los pasivos se debe realizar con prudencia y bajo las premisas de las mejores practica posible. Los accionistas y gerentes de la empresa deben tener una buena estrategia para gestionar el apalancamiento financiero. La clave está en administrar el riesgo adecuadamente para no caer en falta de solvencia. El uso de deuda puede ser beneficioso para las empresas, en función a que posibilita aprovechar al máximo sus recursos y potenciar el rendimiento de sus accionistas. Aunque también, se debe tener presente el riesgo que implica su uso. Es imprescindible tener una acertada estrategia financiera que minimice los riesgos de insolvencia e incumplimiento de los compromisos que se asumen con los acreedores. Siempre, evaluar los costos y beneficios, así como los escenarios probables debe ser una acción lógica para la toma de decisiones.

El análisis y evaluación financiera que permita decidir cuándo, cómo, por qué y para qué contratar deuda tiene un papel clave para el éxito de la empresa. La evaluación de los resultados y el análisis de la rentabilidad son herramientas básicas para mejorar la gerencia financiera empresarial. Estas acciones son fundamentales en la gestión empresarial moderna. Su relevancia radica en que ayuda a los directivos conocer el estado financiero y la evolución empresarial, con el objetivo de mejorar la toma de decisiones y maximizar la rentabilidad de la corporación. La correcta evaluación financiera se fundamenta en el análisis de los estados financieros, dentro de lo cual se encuentra el análisis de la rentabilidad que se basa en los beneficios que obtiene el negocio. Ello posibilita a la entidad conocer su realidad, sus fortalezas y debilidades, así como su capacidad real de asumir los compromisos de pagos periódicos que exige cualquier deuda financiera. A este estudio de condiciones se debe adicionar la revisión de los flujos de caja libre en periodo en el cual se asuma la deuda.

Por otra parte, el ciclo de vida de una empresa tiene implicaciones financieras específicas, que se deben tener en cuenta para llevar a cabo una gestión de endeudamiento adecuada. El ciclo de vida es crucial porque tiene implicancias financieras específicas que pueden afectar su capacidad para obtener financiamiento. El ciclo de vida empresarial se entiende como una secuencia de etapas que afectan la sostenibilidad financiera de la empresa, estas están caracterizadas por retos y oportunidades. El ciclo inicia con el lanzamiento del negocio y luego continúa con las fases de crecimiento, madurez y declive. En cada momento, los gestores deben tomar decisiones financieras diferentes que responden a las necesidades y expectativas cambiantes de los inversores y accionistas. En el momento inicial, se requiere una buena planificación financiera para asegurar la viabilidad a largo plazo de la firma. En el período de crecimiento se necesitan planes de financiamiento robustos para reforzar la imagen y solvencia de la empresa ante terceros. En el estadio de madurez, la empresa debe ser capaz de adaptarse a los cambios del mercado e industria, lo cual involucra una apropiada administración de la tesorería y facultad de ajuste financiero para responder oportunamente a nuevas oportunidades y amenazas.

Durante la etapa de inicio, la empresa puede depender en gran medida del capital personal, amigos y familiares para obtener fondos. Esto puede limitar su capacidad para obtener financiamiento adicional para expandirse o financiar grandes proyectos. Asimismo, en la fase de crecimiento, la empresa puede necesitar financiamiento adicional para cubrir la expansión y el aumento de la producción. Es esencial que el manejo financiero sea adecuado para asegurar que los ingresos sean suficientes para cubrir las obligaciones que genera el endeudamiento. Por otro lado, en el período de madurez, la empresa puede enfrentar mayores costos de financiamiento debido a la disminución de la rentabilidad y el crecimiento. En este punto, la gerencia financiera se debe centrar en la consolidación de la posición financiera de la empresa y en la minimización de los gastos innecesarios.

Entonces, el ciclo de vida de una empresa puede ser un indicador clave para los inversores y las instituciones financieras. Los inversionistas pueden evaluar la posición financiera y la posibilidad de la empresa para originar ingresos y flujo de caja, mientras que las instituciones financieras cuentan con la posibilidad evaluar el nivel de riesgo asociado con el préstamo que pretende efectuar a su cliente. Es conveniente tener presente que la conducción financiera puede depender de la etapa del ciclo de vida en la que se encuentre la corporación. La administración financiera en los momentos iniciales del negocio puede requerir un mayor enfoque en la obtención de capital de los inversores, mientras que en las últimas instancias puede exigir una mayor atención en el manejo de costos y la rentabilidad. En definitiva, el ciclo de vida de una empresa tiene implicaciones financieras específicas que se deben tener en consideración para llevar realizar una conducción financiera inteligente. Es relevante que los inversionistas e instituciones financieras entiendan las diferentes fases del ciclo de vida de la organización para evaluar su situación financiera y la capacidad de producir beneficios. Además, el manejo financiero se debe centrar en diversos aspectos en cada tramo del ciclo de vida de la empresa para maximizar la rentabilidad y reducir los riesgos financieros.

En resumen, el efecto del apalancamiento financiero puede tener implicaciones positivas y negativas en la solidez de una empresa. Por un lado, el apalancamiento puede permitir un mayor crecimiento y una mejora en la rentabilidad, pero también conlleva riesgos significativos relacionados con el costo de la deuda y la volatilidad de los resultados. Es fundamental que las empresas evalúen cuidadosamente los riesgos y beneficios antes de utilizar el apalancamiento financiero como estrategia, y contar con una gestión financiera sólida y cautelosa para mantener la estabilidad y la solidez de la empresa a largo plazo.

Referencias

Blok, S. y Hirt, G. (2001). Fundamento de gerencia financiera. 9na. ed. McGraw-Hill Interamericana.

Ross, S.; Westerfield, R. y Jaffe, J. (2000). Finanzas corporativas. 5ta ed. McGraw-Hill Interamericana de Editores, S.A. de C.V.

 



 

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