domingo, 22 de agosto de 2021

Caracterización del Entorno General

Las empresas son sistemas abiertos que se encuentra bajo constante presión de su medioambiente, tanto interno como externo. En la mayoría de los casos el ámbito interior está bajo su control; sin embargo, su realidad exterior presenta otras condiciones. Diversidad de eventos o situaciones que suceden en el entorno de la organización son independientes a la gestión de la misma y solo cabe adaptarse o buscar los mecanismos para que el impacto que reciba sea el menor posible.


Ahora bien, siguiendo a Sáez, F. et al. (2006), los sistemas abiertos se caracterizan por conformar un conjunto de elementos que se relacionan mutuamente, pero que constituyen un todo indisoluble, que operan de forma coherente y amalgamada con el propósito de alcanzar unos objetivos determinados. Para ese fin, están inmersos en un entorno específico con el cual se interrelaciona y en donde se generan relaciones de intercambio con su ámbito externo. Esta realidad implica la constante búsqueda del equilibrio que le permita la adaptación al medio de modo que pueda sobrevivir y adaptarse. 

Las organizaciones se encuentran conectadas con su entorno. A las mismas le sería imposible trascender en el tiempo sin la existencia de las interrelaciones necesarias que hacen factible obtener de su medio ambiente todo aquello que requiere para prosperar. Esto indica que existe una relación simbiótica entre ambos. Una capta los recursos e insumos que luego transforma en productos y servicios que el mercado utiliza para su bienestar. En este intercambio, los involucrados se benefician de una manera u otra. Sin embargo, aquí se evidencia un relevante desequilibrio. Uno de los lados de dicha conexión tiene un poder superior que la contraparte, lo cual obliga a quien presenta la desventaja asumir criterios estratégicos para sobrevivir.

Es así que las empresas son quienes deben ajustarse a las características de su entorno que tiene la capacidad de modificar su comportamiento y estructura. En consecuencia, ellas deben racionalizar esta realidad y crear las condiciones que la hagan viable y le permita permanecer con cierta estabilidad en el mediano y largo plazo. Aquellas corporaciones que carezcan de la habilidad para analizar y comprender la dinámica ambiental más allá de sus fronteras externas se encontrarán imposibilitados de perdurar. 

La empresa se encuentra inserta en un medio ambiente externo con el cual tiene una íntima interrelación. Dicho entorno se constituye como el conjunto de factores, fuerzas y variables que tienen la posibilidad de ejercer presión o influencia, directa o indirecta, con respecto a la gestión organizacional (Hodge et al., 2003; Sáez et al., 2006). El mismo es fuente de información y recursos claves para el sostenimiento de la empresa en el mercado. Aquí se determina qué oportunidades son convenientes aprovechar y qué amenazas la ponen en riesgo. Esta situación exige la habilidad para analizar, prever y gestionar su ámbito de negocios. La conducción eficiente de la institución requiere del diseño e implantación de estrategias racionales que permitan responder ante el apremio del mercado. En consecuencia, es imprescindible tomar en cuenta qué ocurre fuera de la corporación y cómo se puede atender de un modo adecuado eventos que puedan ocurrir. 

Las organizaciones deben priorizar sus ideas en cómo van a operar en el mercado y a través de cuáles acciones podrá sobrevivir en un entorno cada vez más complejo, dinámico e impredecible. Para ello es necesario que formulen un conjunto de estrategias que le permitan responder a las múltiples exigencias del ambiente. Al respecto, Wheenlen, T. y Hunger, J. (2007), indican que es conveniente analizar el contexto para detallar posibles oportunidades y amenazas, junto con un examen interior que le ofrezca conocimiento de sus fortalezas y debilidades. Este análisis ambiental, como señala los autores antes referidos, corresponde con la vigilancia, valoración y difusión de la información desde los ambientes externos e internos hasta los elementos esenciales de la organización. Esto le permite a la institución contar con los recursos necesarios para minimizar los riesgos estratégicos y permitir la gestión de largo plazo. 

El entorno es una fuente de información y recursos para las organizaciones, de allí el valor de su estudio. El examen o caracterización del contexto organizacional debe contener los factores que en la actualidad afectan los negocios de la firma y que podrían condicionarla en el futuro. Es una tarea exigente debido a que se requiere de la experticia necesaria para prever el comportamiento de las variables externas claves basadas en hipótesis verosímiles con respecto a modificación de la demanda, crecimiento de la renta, cambios legales y políticos, evolución del consumo, transformaciones tecnológicas, entre muchos aspectos. Son estimaciones cuantitativas y cualitativas que se originan de criterios racionales que conducen a la visualización de diversos escenarios de competencia.

En ese orden de idea, Jean-Paul Sallenave (1994), señala que cualquier estrategia se basa en la comprensión de la perspectiva externa de la empresa, y por bien elaborada que sea, siempre es una apuesta sobre el porvenir. Con mucha regularidad se encuentran sujetas a una alta dosis de incertidumbre y riesgo. No obstante, es lo mejor que puede realizar una organización como parte de su gestión. Que las previsiones se acerquen a lo que se estima se encuentra fuera de su control, pero cabe esperar que las posibles desviaciones ocurran dentro de un margen aceptable. Solo así, el acto de planificación tendrá cierto éxito como fuente de apoyo a la toma de decisiones futuras.

La caracterización del ambiente empresarial requiere de las observaciones de los factores políticos, legales, económicos, sociales y tecnológicos que pueden influir en la gestión de las organizaciones. En cada uno de esos aspectos, el estratega debe revisar los elementos que tienen incidencia sobre la empresa. En tal sentido, esta tarea posibilita a quienes toman decisiones contar con información sustancial con respecto a las variables del macro entorno que pudieran generar condiciones propicias o adversas al desarrollo futuro del negocio. Esta situación permite construir distintas hipótesis estratégicas que hacen posible anticiparse a circunstancias diversas. Todo lo cual, hará viable prepararse mejor para asumir riesgos en un ambiente de incertidumbre. 

Las variables que conforman el análisis del contexto organizacional provienen del ámbito externo de la institución, por lo que en la mayoría de los casos se encuentra fuera del control de la empresa. Por tal condición se consideran como elementos que describen las oportunidades y amenazas de la organización. Es por ello, que esta actividad de caracterización es útil para elaborar la conocida matriz FODA, en la cual se indican las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que posee cualquier ente económico.

Existen diversos modos de conceptualizar la estructura del entorno; sin embargo en líneas generales sus resultados conducen a criterios similares. Aquí se utiliza el señalado por Sáez et al. (2006) en cuanto a sus niveles. En tal sentido, se comenta que se encuentra uno general y otro específico. En el primero, en el cual concurren fuerzas indirectas que en determinadas circunstancias pudieran impactar la gestión, se analizan los factores globales que afectan a la institución, dentro de los cuales se contextualiza el político, económico, social, tecnológicos, ecológico y legal. Algunos autores se refieren con relación al mencionado nivel como análisis PEST o PESTEL (Friend, G. y Zehle, S., 2008) siglas alusivas a las iniciales de las palabras que representan cada sector. Una de las características principales de este ambiente global es que la empresa tiene poca o ninguna posibilidad de control o influencia sobre el mismo.

Por su parte, el específico, se relaciona con el ámbito que afecta al negocio de modo concreto. Es el más próximo y que muestra mayor utilidad en relación con su manejo real de la información, debido a que confluyen fuerzas directas que pueden afectar a la compañía. En ese segmento se disponen los distintos grupos de presión, también llamados stakeholders, quienes tienen la capacidad de influir de alguna forma en el direccionamiento estratégico de la corporación, pero también pudieran ser objeto del influjo de esta. Dentro de ellos se encuentran los clientes, proveedores, competidores, el gobierno, la iglesia, las comunidades, entre muchos actores. Al respecto, Wheenlen, T. y Hunger, J. (2007) denominan al entorno específico como ambiente de tarea. Para entender a las referidas agrupaciones es obligante realizar un examen minucioso de sus elementos claves para detectar factores estratégicos de interés que puedan derivar en el éxito o fracaso de la institución. 

La realización de un análisis ambiental exige de la empresa la comprensión de las múltiples variables que se encuentra inmersas en los ambientes sociales (Wheenlen, T. y Hunger, J., 2007). Estos incluyen las fuerzas indirectas que pueden influir en las decisiones estratégicas de la organización en el mediano y largo plazo. Ellas son las políticas, económicas, sociales, tecnológicas, ecológicas, socios culturales entre otras. 

El primer factor que se analiza es el POLÍTICO, aunque aquí algunos agregan el aspecto jurídico. En este ámbito se escudriña las características del gobierno que dirige el destino del territorio en el cual se encuentra la empresa. Se debería verificar que tan estable es, qué clase de conflictos maneja, su perfil democrático y su tolerancia a la iniciativa privada, entre diferentes aspectos. De igual manera, se estudia el marco regulatorio existente, la constitución legal, sus leyes, reglamentos y los demás elementos que condicionar el actuar de las personas naturales y jurídicas. Conocer el tipo de gobierno marca las condiciones del entorno de la organización. Tener claro cuáles son las particulares especifica que este manifiesta es fundamental para crear posibles escenarios y anticipar las decisiones estratégicas que sean convenientes. Dicha acción permite advertir de potenciales riesgos que se tienen que gestionar con eficiencia. De forma adicional, el estudio del componente político abarca además del nivel nacional, los regionales y locales que también afectan la gestión de la institución.

En el ámbito ECONÓMICO se analizan los aspectos de la economía, los financieros y monetarios del país en donde opera u operará la empresa, así como las políticas de gobierno que regulan a la economía. Resulta vital estudiar las características de modelo que condiciona el manejo de la actividad comercial y empresarial, el grado de libertad y la influencia que sobre los distintos agentes ejercen las instituciones que existen en el mercado. Es necesario reflexionar con respeto al dinamismo que muestra el entorno, el comportamiento histórico del producto interno bruto, el tipo de cambio, la población económicamente activa, la realidad de los precios y la estabilidad de los mismos, situación de la balanza de pago, la existencia de déficit fiscal, entre otros elementos primordiales. En fin, es significativo evaluar aquellos indicadores que son transcendentes para la dirección del negocio.

El siguiente renglón es el SOCIAL. Aquí también se acostumbra a tomar como referencia la variable cultural de la población objeto de estudio. En tal sentido, es fundamental estudiar los componentes demográficos, los valores culturales y la identidad que caracterizan a los individuos que conforman el conglomerado humano próximo a la organización. Esta proximidad abarca criterios superiores a la cercanía física. Es más bien un punto asociado a la influencia global del modelo de gestión comercial que desarrolla la empresa. Poseer una idea clara de estos elementos permite construir una hipótesis de demanda del mercado coherente y con el debido sustento científico. Asimismo, este análisis puede abarcar, además de las condiciones actuales, una visión de mediano y largo plazo que haga posible vislumbrar los probables cambios en la sociedad que pudieran afectar la continuidad del negocio. El objetivo de la revisión de los aspectos sociales del ámbito externo es el contar con un perfil del mercado desde la perspectiva de los potenciales clientes: su poder adquisitivo, sus creencias, principios, nivel educación, preferencias y necesidades insatisfechas.

Otra variable significativa es la TECNOLOGÍA. Dicho término proviene de la unión de dos palabras griegas: «tekne», que es técnica, arte y, «logia», que significa destreza sobre algo. Entonces, se define a la tecnología como la gama de conocimientos de los métodos, técnicas y herramientas que se emplean de manera sistemática con el propósito de lograr un determinado objetivo o la resolución de uno o múltiples problemas. Es un modo de la que se vale el ser humano para modificar su medio y mejorar si calidad de vida. Los cambios tecnológicos producen impactos determinantes en el entorno de forma rápida, profundo y en la mayoría de los casos en condición dramática. Esa situación puede transformar los escenarios tradicionales en los cuales se desenvuelven las empresas, cambiar su realidad y crear otras nuevas.

El factor ECOLÓGICO es otro elemento clave en el análisis del entorno. En la actualidad, el cuidado del medio ambiente natural. Aspectos como el cambio climático, el uso eficiente de los recursos y el respeto a la diversidad biológica es de interés general. Entonces, resulta imprescindible tener a esta variable como de suma relevancia. Es parte de la buena imagen de la empresa. En tal sentido, es crucial describir la conciencia social que posee la población con respecto a la conservación la naturaleza y sus componentes. Qué tanto se identifican con las causas ecológicas, con el uso de las energías verdes y otros elementos que se asocian con la preservación y respeto del ecosistema. En fin, se debe determinar hasta qué punto ese mercado de interés toma sus decisiones de consumos teniendo en cuenta el aspecto de la salvaguarda de la naturaleza con la que se relacionan.

En conclusión, identificar, comprender y analizar el entorno en el cual se desenvuelve la empresa es fundamental para generar acciones estratégicas que permitan el éxito de su gestión. Ello es así, debido a que toda organización moderna es parte de un entramado social. Es un sistema abierto a la influencia de su medio ambiente del cual recibe insumos y recursos; y a la cual debe suministrar lo que en ella necesita. Es una especie de simbiosis en la cuales ambas partes se nutren. 

Referencias bibliográficas

Friend, G. y Zehle, S. (2008). Cómo diseñar un plan de negocios. 1era ed. Buenos Aire: Cuatro Media Inc.

Hodge, B. J., Anthony, W. y Gales, L. (2003). Teoría de la organización. Un enfoque estratégico. 6ta Ed. Madrid: Pearson Educación, S.A.

Sáez, F; García, O; Palao y Rojo, P. (2006). Innovación tecnológica en las empresas. Capítulo número 2; Teoría general del entorno. Madrid: Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Recuperado de: http://dit.upm.es/~fsaez/intl/capitulos/2%20-Teor%EDa%20general%20del%20entorno.pdf.
 
Sallenave, J. (1994). La gerencia integral. ¡No le tema a la competencia, témale a la incompetencia¡ Bogotá, Colombia: Grupo Editorial Norma, S.A.

Wheelen, T. y Hunger, J. (2007). Administración estratégica y políticas de negocios. Conceptos y casos. 10ma ed. México: Pearson Educación de México, S.A. de C.V.

 

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