jueves, 18 de junio de 2020

El Ambiente de Control

El Ambiente de Control

El controlinterno debe fundamentarse en una actitud ética, honesta y transparente de los miembros de la organización, comenzando por los líderes de la misma. El control debe ser visto como un mecanismo de mejoramiento continuo, que permite minimizar riesgos y en el que cada individuo aporta soluciones importantes. Para Estupiñan (2006) el ambiente de control “es el elemento que proporciona disciplina y estructura…se determina en función de la integridad y competencia personal de una organización; los valores éticos son elemento esencial que afecta a otros componentes de control” (p. 4). En ello coincide la firma Coopers & Lybrand (1997), quienes afirman que la mencionada variable o componente influye de manera importante en la creación de una conciencia de control en el personal, es un modelador del comportamiento organizacional y fortalece la disciplina institucional.


Como menciona Reinaldo Navas (2005), el ambiente de control impacta la conciencia de los componentes de la organización. Moldea su carácter ante el control y como este es visto. Este autor señala que el ambiente de control fundamenta todo los demás elementos que conforman el sistema, debido a que proporciona estructura y disciplina. El ambiente de control influye de forma determinante en el quehacer organizacional. El tono desde lo alto es una guía ineludible para todos los integrantes de la institución debido a que ofrece un marco moral y una filosofía ética que hace incompatible en accionar deshonesto con la manera de actuar del liderazgo.

El ambiente de control se encuentra asociada a la cultura organizacional de la empresa. El control interno debe fundamentarse en esas creencias, actitud, valores y aceptación por parte de sus integrantes de la institución. Sin embargo, debe reconocerse que para la existencia de un ambiente de control propicio es necesario que la dirigencia predique con el ejemplo. Muy poco efecto tendría el diseño de un sistema de control interno que sea inobservado desde la cumbre de la organización, lo cual ocurre con frecuencia. Según Rebaza y Santos (2015), el ambiente de control tiene como pilares fundamentales la integridad, los valores éticos y la propia estructura organizativa. El ambiente de control puede disminuir la posibilidad de fraude o de actos antiético en una organización.

El ambiente de control debe estar diseñado de un modo tal que promueva la transparencia, la ética y desmotive  la ejecución de actos indebido o inapropiados, tanto individual, como grupalmente. Debe hacerse comprende a los miembros de la organización que cualquier hecho que implique una acción antiética tendrá consecuencia para el infractor, sin importar el nivel, ni quien lo ejecuta. Este mensaje debe provenir desde la cúspide de la institución. Ello es lo que se conoce como “El tono desde lo alto”. Cuando un cuerpo directivo arroja señales de permisividad, de inobservancia de valores éticos, de aceptación por hecho inmorales o de aprovechamiento de su posición, esto genera un mensaje que en nada favorece la lucha contra la corrupción, sea cual fuere las manifestaciones de la misma.

Con respecto al “tono en lo alto”, White y Prywes (2010), mencionan que en una investigación desarrollada en la Universidad de Michigan, EEUU, la cual estuvo enfocada en el estudio del control interno de un conjunto de empresas estadounidenses, los resultados mostraron un factor preponderante que afectaba la eficiencia del control interno en cualquier organización. Ellos lo llamaron “el tono en la cúpula”. Al respecto comentaron que “los empleados tiene que saber que sus líderes esperan que se rijan por normas transparentes de integridad y por las políticas y procedimientos establecidos, de lo contrario sufrirán las consecuencias. Por ello, se le pedirá cuentas” (p. 58). Un fuerte liderazgo enfocado en el control interno como un valor intrínseco, es una condición importante para el fortalecimiento de la gestión administrativa. Quienes conducen a la empresa deben ser ejemplo de comportamiento ético. En las organizaciones en las cuales sus máximas autoridades se notan permisivos, y peor aún, son parte de la corrupción, tienden a ser presa de fraudes, actos ilegales y otros tipos de malversación. Ello ocurre en una organización como la familia, una iglesia, un ejército, una sociedad o un gobierno. 

Los líderes de la organización marcan el rumbo. Ellos deben ofrecer una señal clara, inequívoca y absoluta de cero tolerancia ante cualquier hecho que menoscabe los valores organizacionales y entre en el campo de lo antiético. Debe entenderse, que los eventos antiético van más allá del fraude. Los son sucesos de acoso laboral, acoso sexual o de discriminación en todas su formas. Hecho de corrupción no solo implica los asociados al manejo financiero. Es corrupción aprovecharse de los recursos de la empresa, de su tiempo, de las condiciones que ella establece para la prestación de los servicios laborales. Falta al trabajo sin la debida justificación aludiendo estar enfermo sin ser cierto, es a todas luces un acto de corrupción, que muchos practican bajo la premisa que es un acto que no afecta la integridad de la organización. Ante este tipo de evento, debe actuarse aplicando las acciones sancionatorias necesarias, ajustada a las leyes y normas. Dejar que transcurran hecho como el comentado, mina poco a poco el necesario ambiente de control que debe prevalecer en las instituciones, públicas y privadas.

Aquellas empresas que poseen un sólido ambiente de control, muestran un comportamiento favorable a lo interno, como en lo externo. En lo interno, tiene la capacidad de minimizar los riesgos operacionales, se les facilita el logro de los objetivos, son más transparentes, un mejor lugar para laborar, poseen mejores mecanismo de control interno y de gestión. En fin, tiene la posibilidad cierta de crear valor. En cuanto a su entorno, poseen mejor imagen corporativa, son más confiables para los clientes, se presumen más transparentes y responsable en su accionar y en los negocios que desarrollan. Por tanto, propiciar un adecuado ambiente de control, es una necesidad y una estrategia importante para la supervivencia de las empresas.

Para Mantilla (1998), el ambiente de control “consiste en la integridad, los valores éticos, y la competencia del personal de la entidad, así como la filosofía y el estilo de operación de la administración” (p. 9). El autor en referencia se refiere al “tono en los alto”, lo cual significa que las máximas autoridades, debe propiciar con el ejemplo la existencia de un ambiente propicio para el fortalecimiento del control interno de los procesos, situación que redunda en beneficio de la organización y de todos sus integrantes.

El ambiente de control influye de manera decisiva en la forma como la organización diseña sus actividades, debido a que impacta los objetivos y metas, en cuanto a la posibilidad de alcanzarlos. Las instituciones con sólidos sistemas de controles internos, lo son por tener a personas involucradas, con clara conciencia de su importancia en la organización y de su responsabilidad en el éxito de la misma. Poseen fuerte arraigo y compromiso institucional, siendo parte de una cultura organizacional en el que control es un componente de ella. En fin, hacen gala de un tono de lo alto positivo: el ejemplo de la moral, integridad y la ética desde arriba.

Referencia Bibliográfica

Coopers & Librand (1997). Los nuevos conceptos de control interno. (Informe Coso). Madrid, España: Ediciones Díaz de Santos, S.A.

Estupiñan, R. (2006). Administración de riesgo ERM y la auditoría interna. Bogotá, Colombia: Eco Ediciones.

Mantilla, S. (1998). Control interno de los nuevos instrumentos financieros. Bogotá, Colombia: Ecoe Ediciones

Navas. R. (2005). La auditoría de instrumentos financieros. CPC. El Contador Público. Órgano de divulgación del Colegio de Contadores Públicos del estado Miranda. Año 26. N° 1. Enero-marzo.

Rebaza, C. y .Santos, T. (2015). Factores administrativos-políticos que limitan la gestión del órgano de control institucional en el Gobierno Regional de La Libertad. Ciencia y Tecnología, Año 11, Nº 1, 53-70. [Fecha de consulta 01 de julio de 2015]. Disponible en: <http://revistas.unitru.edu.pe/index.php/PGM/article/viewFile/909/834>

White, J. y Prywes, Y. (2010). La naturaleza del liderazgo. Reptiles, mamíferos y el reto de convertirse en un gran líder. (Trad. R. Cartaya). Nashville, Tennesse, Estados Unidos de América: Grupo Nelson, Inc. (Original en inglés, 2007).

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