jueves, 11 de junio de 2020

Análisis de la Evolución del P.I.B. de Venezuela desde el año 1951 hasta el 2019

Desde el año 1951 hasta el año 2019, transcurrieron 69 años. En ese lapso el producto interno bruto (P.I.B.) de Venezuela, que son los bienes y servicios producidos o generados en una economía en un periodo dado, ha mostrado una evolución que permite soportar algunos análisis iniciales. En primer lugar, de esos 69 años, la economía venezolana experimentó crecimiento en 51 de ellos, mientras que decreció en solo 18 años. Es decir, que Venezuela a lo largo de ese período mostró una gestión económica favorable en el 73,91% de los años verificados. En otro 26,09% el resultado fue desfavorable, es decir experimentó caídas del PIB. Nada mal si se tiene en cuenta la situación actual. En la siguiente gráfica puede se puede verificar los aspectos antes mencionados.

 
 

 En la llamada "Cuarta República", estigmatizada y difamada por muchos, la economía creció en 41 años y solo mostró un decrecimiento en siete de sus años. Ello significó que en el 81,42% de las oportunidades Venezuela obtuvo producción favorable, siendo solo el 14,58% de las veces desfavorables para la economía del país. Por su parte, en la conocida "Quinta República" de los veintiún años de gestión económica, medido desde el año 1999 hasta el 2019, la economía mostró solo diez años de resultados positivos, es decir el 47,62%, mientras que en once años, ello es el 52,38%, el PIB obtuvo resultados negativos. Esto indica que al comparar ambos periodos la gestión que llevó a cabo los dirigentes de la conocida "Revolución Bolivariana" fue contraproducentes a los intereses económicos de Venezuela. Del lapso revolucionario, el peor resultado lo ha mostrado el gobierno actual que desde el año 2014 hasta el 2019, tuvo seis años consecutivos de caída del PIB, lo cual denota una gran depresión del aparato productivo del país. Tal es el grado de deterioro que la economía venezolana ha reducido su tamaño casi en un 70%. El PIB del país al cierre del año 2019 se estima en aproximadamente US$.70.140 millones, cuando en el año 2013 superaba holgadamente los US$.300.000 millones.

Como se indicó, de los 21 años de la gestión revolucionaria, 11 años han sido con PIB en franco retroceso. Sin embargo, de ese resultado negativo seis años consecutivos son imputables al gobierno de la actual administración. Ello representa el 63,64%. Esta situación muestra la calidad del manejo económico por parte del equipo que administra los destinos de Venezuela. De los 18 años en los cuales el PIB de Venezuela ha caído, la revolución bolivariana ha sido causante del 61,11% de las oportunidades. Es decir, que en el periodo analizado, la mayor parte de los resultados desfavorables son imputables a los dos últimos gobiernos del país, que se han manejado bajo lo que ellos denominan "Socialismos del Siglo XXI", o, simplemente "Socialismos", que como los mismos señalan es contrario al "Capitalismo".

La crisis económica que se agrava constantemente comenzó formalmente en el año 2014, cuando se inicia la caída del PIB, la cual continúa sin parar hasta el período actual. Dicho proceso de depauperación de la economía venezolana tiene diversas causas que han sido ampliamente comentados por importantes economistas del país. Pero tal vez, una de la más importante fue el manejo inadecuado de la industria petrolera de Venezuela, representada por PDVSA. El sector petrolero generaba más del 90% de los ingresos que recibía anualmente el país. El hecho de ser un país mono productor dependiente significaba un gran riesgo para la nación y ello tomó partido en la crisis. En tal sentido se conjugaron dos factores, uno la impresionante caída de la producción petrolera, aunada a la disminución de los precios del petróleo. Esta situación desencadenó en una abrumadora caída de los ingresos y ello arrastró al país a una debacle debido a que careció de adecuada capacidad de respuesta. Se debe tener presente que cuando se inició la revolución chavista, Venezuela contaba con una producción de más de tres millones de barriles diarios. Hoy esas cifras escasamente se ubican en menos de setecientos mil barriles. 

Junto con la caída de la producción petrolera, se encuentra la casi nula inversión de capitales en Venezuela. El país, productos de sus constantes conflictos internos y externo es cada vez menos atractivo para los inversionistas. Ese nivel de conflictividad ha originado el incremento constante del riesgo país, lo cual afecta la percepción que los inversionistas poseen de Venezuela. Adicionalmente, la existencia de un gobierno intransigente con respecto las condiciones económica que impone, propenso al establecimiento controles asfixiantes y al cambio constante de las reglas de juego, contribuye a desestimular el ingreso de nuevos recursos al país. Esa falta de inversión afecta de manera importante al aparato productivo nacional que requiere de recursos para sobrevivir en un entorno cada vez más complejo.

Otros factores importantes que contribuyeron al estado de depresión económica de Venezuela, son entre muchos, la hiperinflación, el colapso de los servicios públicos, el empobrecimiento de la población y la continua depreciación del tipo de cambio. El país desde hace muchos años es víctima de una inflación que en principio fue galopante, pero que a partir de noviembre de 2017 tomó el nivel de hiperinflación. Esa situación ha empobrecido a los venezolanos en su conjunto, minando su capacidad de consumo. El bolívar como moneda de curso legal dio paso al dólar, que es de uso común actualmente. El país ha sufrido una dolarización de facto, tanto que el gobierno se ha visto en la necesidad de aceptar dicha realidad y ha tenido que adaptarse a ella. Otro elemento que se debe tener en cuenta es el colapso de los servicios público, producto de la falta de inversión en mantenimiento por parte del gobierno principal proveedor de los mismos. La falla de agua, electricidad, telefonía fija, internet, entre otros es una constante. Para el venezolano común recibir algunos de esos servicios de forma constante es casi una utopía. 

Estos números parecen indicar superficialmente, por supuesto, que entre la gestión de los gobiernos "pre revolucionarios" y los revolucionarios, los primeros fueron más exitosos y eficientes en el manejo económico. Ellos mostraron mayores periodos de crecimientos del PIB, siendo muchos más estables. Esto pudiera indicar que entre el manejo socialista y el capitalista, si se puede calificar así a los gobiernos de la "4ta República", estos últimos arrojan resultados mucho más favorables en cuanto al PIB. Dicha realidad permite presumir el doloroso y palpable fracaso del modelo socialista en la administración de la economía venezolana. Un fracaso que es previsible a la luz de los resultados históricos. Al analizar otros indicadores también corroboran esta conclusión.




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