Método para la Gestión del Riesgo Empresarial (E.R.M.)

De acuerdo a COSO (2004), la gestión de riesgo requiere la identificación del evento o circunstancia que tienen el potencial de impactar en el logro de los objetivos de la organización, luego es necesario avaluarlo en función a su probabilidad de ocurrencia, así como desde la perspectiva de su impacto en los procesos operativos. Con ello es posible determinar el tipo de estrategia de respuesta, así como el seguimiento o monitoreo que debe llevarse a cabo.

Una variante al proceso anterior lo planeta Pérez, Cruz y Piedra (2004), quienes proponen que el ERM sea  ejecutado en cinco: 1) establecimiento del contexto, 2) identificación del riesgo, 3) evaluación de los riesgos documentados, 4) priorización del riesgo y planificación de la respuesta y 5) monitoreo del riesgo. Por su parte, Simbaqueda (s/f) y Cienfuego (2016), presenta un proceso de gestión de riesgo muy similar, el cual se menciona a continuación:

1. Establecimiento de contexto: comprensión de las condiciones actuales en que la organización opera.

2. Identificación: documentación de las posibles amenazas e identificación de ventajas competitivas.

3. Análisis / cuantificación de los diferentes factores de riesgo.

4. Integración: agregación de todas las distribuciones de riesgo.

5. Evaluación / prioridad: contribución de cada riesgo sobre el perfil de riesgo global, y establecer prioridades adecuadas.

6. Tratamiento / Aprovechamiento: desarrollo de estrategias para el control y la explotación de los distintos riesgos.

7. Seguimiento y Revisión: medición continua y evaluación del entorno de riesgo y el resultado de las estrategias para gestión de riesgos.

La empresa debe analizar de forma minuciosa el contexto en cual desarrolla sus actividades. Es decir, debe evaluar cómo es el medio interno y externo en cual se encuentra la organización. Debe realizar una auditoría a lo interno, para determinar sus fortalezas y debilidades, qué tan pertinente es su modelo de negocio y su propuesta de valor. En el ámbito externo debe comprender cuáles son sus oportunidades y amenazas, quienes son sus competidores y proveedores, cómo se encuentra su mercado y cuál su posición en el mismo, entre otros aspectos. En este punto, es fundamental para la entidad realizar un procedimiento constante de análisis del entorno, que le permita contar con información relevante para la toma de decisión.

Los responsables de la empresa deben realizar una búsqueda activa de sus riesgos potenciales que haga posible su adecuada identificación. Ello con el fin de determinar los que presente mayor significancia, mayor impacto en las operaciones de la organización. Pérez (et al, 2014), basándose en Moeller (2007), señala que la idea en esta etapa es, además de generar un listado de riesgos, identificar aquellos que tienen la capacidad de impactar las operaciones con cierta probabilidad. Aquí es posible usar las herramientas que la teoría de las probabilidades puede ofrecer.

Una vez identificados los riesgos más importantes en función al grado de ocurrencia, impacto u otro criterio, la empresa debe evaluarlos, documentando sus aspectos más relevantes. Esta etapa permite comprender mejor los riesgo que deben ser gestionados, determinando en que aspectos y con cuáles acciones pueden atenderse.

La evaluación ofrece los insumos necesarios para priorizar qué riesgos van en definitiva a ser gestionados. El criterio para ello lo debe tener previsto la empresa con antelación, por medio de políticas diseñadas a tal, fin. Existirán riesgos que deben ser tratados de forma inmediata por el impacto o perjuicios que puede ocasionar, otros puede ser tomados en cuenta luego. Esta priorización del manejo de los riesgos fundamentales debe generar un plan de acción que será luego, el instrumento de control y seguimiento de los resultados alcanzados por los gestores de riesgos.

Finalmente, es imprescindible realizar un monitoreo de los riesgos que están siendo gestionados. Ello con el propósito de determinar el grado de éxito de las acciones realizadas. En caso de ser necesarios se podrá realizar los ajustes apropiados, según la situación planteada.