Según el informe de seguimiento de la Encuesta de Hogares por Muestreo (EHC) de HumVenezuela, estudio realizado desde marzo 2022 hasta noviembre 2023, Venezuela muestra una realidad compleja en materia humanitaria. De acuerdo con las cifras que se mostrarán a continuación, el país vive una situación de pobreza que afecta a la mayoría de los venezolanos. Ello expone un deterioro significativo de su calidad de vida.
Señala el documento que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apoyó, como parte de la respuesta humanitaria coordinada, a 2,1 millones de personas en 2023, con un financiamiento significativamente más bajo. Esa cantidad de individuos que atendieron fue menor que años anteriores. La reducción del apoyo financiero dirigido a la respuesta humanitaria representa una grave preocupación, debido a que la “Emergencia Humanitaria Compleja” aún afecta de forma sustancial a la población venezolana.
En Venezuela, durante los años 2022 y 2023, existieron expectativas de recuperación económica, a raíz de un leve crecimiento del Producto Interno Bruto. Sin embargo, en el año 2023 ocurrió un nuevo retroceso en la economía, debido a una acelerada inflación y depreciación de la moneda. . Esta caída de la economía deterioró aún más el escaso poder adquisitivo de los ingresos de la mayoría de los hogares venezolanos.
La mediana de los ingresos de los hogares fue de apenas 102,5 dólares mensuales hasta agosto de 2023, lo cual representaba solo el 12,8% del costo de una canasta básica de bienes y servicios, que oscilaba entre 700 y 900 dólares mensuales al final del año
Para el 86% de los hogares, el presupuesto es insuficiente para comprar alimentos. El 15% utiliza más de la mitad del presupuesto para gastos de alimentación, mientras que el 50,6% gasta casi todo su ingreso en este rubro.
Asimismo, señala el documento que para el 76,4% de los hogares, los ingresos no alcanzaban para adquirir una canasta básica de alimentos, situándose en pobreza extrema.
Como estrategias para afrontar la falta de presupuesto, el 69,2% de los hogares compró frecuentemente los alimentos más baratos, el 65,3% llegó a pedir alimentos prestados, y el 56,6% adquirió alimentos a crédito
Producto de las consecuencias de las privaciones económicas, al menos 9,3 millones de personas, que representa el 32,1% de la población, realizó algún tipo de trabajo informal de escasos ingresos. Asimismo, alrededor de 5 millones, que supone el 17,3%, desempeñó labores riesgosas para su vida, integridad y seguridad, incluyendo actividades ilícitas.
Por otro lado, habiendo agotado otras estrategias, el 53,7% de los hogares debió utilizar sus ahorros para la compra de alimentos, e incluso el 8,4% vendió activos productivos. Entonces, este informe revela que la gran mayoría de los hogares venezolanos tienen ingresos insuficientes, muy por debajo del costo de una canasta básica, lo que los ha obligado a recurrir a trabajos informales y precarios para poder sobrevivir.
Según lo que se comenta en el informe, el 45,2% de la población, equivalente a 13 millones de personas, se encuentra en situación de inseguridad alimentaria, incluyendo niveles moderados y severos. En el nivel más severo, el 9,5% de la población, es decir, 2,7 millones de personas, sufre de inseguridad alimentaria severa, pasando días enteros sin comer. Por las privaciones alimentarias, la desnutrición en menores de 5 años sigue siendo un problema, afectando a 1,4 millones de niños con déficit nutricional o riesgo de tenerlo. El 91,6% de los hogares utilizó estrategias de sobrevivencia para alimentarse, como reducir porciones o aumentar la carga laboral.
Expresa el informe que 20,1 millones de venezolanos requieren apoyo humanitario. De ellos, 14,2 millones muestran necesidades críticas. Además, señala que a esa población se sumaron 1.1 millones de personas. Asimismo, existen 4,2 millones en situación severa. Ese segmento en dificultades humanitarias extremas sufrió un incremento de 1,6 millones. Dicho resultado demuestra que prosiguió el crecimiento de la pobreza multidimensional, por causa de los crecientes déficits en las condiciones de la vivienda y el servicio de electricidad. A esta situación se le sumó el aumento de las escalas de necesidades en salud, agua, educación básica y saneamiento.
Con respecto al sistema educativo, este se encuentra en crisis, con el 51,6% de los niños, niñas y adolescentes de 3 a 17 años que tuvieron asistencia irregular a la escuela. Ello debido a suspensión de clases (36,3%) y falta de docentes (40,7%). Además, el 18,1% recibió menos de 50 días de clases. Por su parte, el 74,6% de los 28.000 planteles educativos que existen en el país presentan deterioro en su infraestructura, espacios e instalaciones.
En otra idea, el estudio detectó que el 92,2% de las personas mostraban dificultades para migrar. Principalmente por limitaciones económicas, un 77,7%, y por falta de documentos, alrededor del 37,5%. Esto indica que la gran mayoría de la población venezolana enfrenta importantes barreras para poder migrar, sea esto por la precaria situación económica que les impide costear los gastos de traslado, o por la carencia de documentos de identidad que les posibilite dejar el país. Agrega el escrito que el 13,4% de los venezolanos son proclive a marcharse del país.
La salud es otra dificultad que existe en el país. A nivel nacional, 2.986.053 personas con problemas de salud crónicos graves, que representó el 30,1 %, y otras 2.534.817 con problemas graves, el 35,3 %, no pudieron obtener los medicamentos necesarios. Por su parte, el 87,9% de la población depende del sistema de salud público, que está en un estado de grave fragilidad y debilitamiento por años de des financiamiento y desestructuración. Así, entre 2022 y 2023, aumentó del 66,9% al 69,9% la población que, al acudir al sistema de salud, no logró recibir atención. Además, indica el informe que el 39,9% de las personas padecen enfermedades graves, de las cuales 34,4% son crónicas y 24,9% agudas. A pesar de ello, más del 50% de las personas no pudieron acceder a servicios esenciales como exámenes de laboratorio, consultas médicas regulares, servicios de emergencia, cirugías, salud mental, trauma y terapia intensiva.
El documento expresa que la falta de recursos económicos fue la principal barrera de acceso a servicios y medicamentos, ya que el 54,8% de la población carece de recursos suficientes para cubrir gastos de salud. Sin embargo, agrega el informe, que la disponibilidad de medicamentos esenciales en Venezuela mostró mejoras entre 2020 y 2023, pero sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades de la población. En tal sentido, desde el año 2020 la disponibilidad de medicamentos esenciales en farmacias subió de 42,2% a 74,3% para tratar infecciones respiratorias agudas y diarreas, y de 47,2% a 76,6% para el tratamiento de diabetes e hipertensión. Pero, por los altos costos, la mayoría de las personas no pudieron acceder a las medicinas necesarias.
El informe dice que el 73,7% de la población, 21.253.972 de personas, vive en pobreza extrema y el 69,7% ha perdido sus medios de vida. Así, a los 19,7 millones de personas que presentaron necesidades humanitarias en 2022, se sumaron en 2023 unas 400 mil personas. Se estima que 4,2 millones de personas tienen necesidades humanitarias severas, por lo que se recomienda preservar y ampliar la respuesta humanitaria en el país.
Señala el documento que el 76,4% de los hogares venezolanos obtuvieron ingresos que eran insuficientes para adquirir una canasta básica de alimentos. Ello se tradujo en un segmento creciente considerado en pobreza extrema.
En el país existen graves problemas de acceso de los servicios básicos, con el 91,6% de los hogares que utilizan estrategias de sobrevivencia para alimentarse y el 30,1% de las personas con problemas crónicos graves. Asimismo, se constata a otro 35,4% con problemas agudos sin acceso a medicamentos. Por su parte, el 68,2% de la población enfrentó mayores deficiencias e interrupciones de los servicios básicos de la vivienda, incluyendo electricidad, agua potable y gas de uso doméstico. A esto se le adiciona que entre el 13,5% y 36,9% de los hogares sufrieron fallas severas o carecían por completo del servicio de gas doméstico, debiendo utilizar otras fuentes de energía contaminantes.
El acceso a Internet fijo en los hogares fue deficiente en calidad. Además, ese servicio no está disponible para el 51,5% de la población. Entonces, más de la mitad de los hogares venezolanos carecen de acceso a Internet fijo, y aquellos que lo tienen enfrentan problemas de calidad y frecuentes interrupciones del servicio. La mayoría de la población depende de la telefonía móvil, que también presenta fallas graves en una importante proporción.
En definitiva, el informe revela una crisis humanitaria profunda en Venezuela, con graves impactos en los sectores de educación, salud, alimentación y medios de vida de la población, que requiere una respuesta humanitaria urgente y sostenida. Las condiciones de vida se han visto afectadas por la falta de ingresos y servicios básicos, lo que ha llevado a un aumento de la inseguridad alimentaria y limitaciones en el acceso a la educación y la salud. La crisis eléctrica es otro factor que se ha agravado, con fallas prolongadas de energía en todo el país.
Referencia
HumVenezuela. (2023). Informe de seguimiento de la Encuesta de Hogares por Muestreo (EHC) - Noviembre 2023.Consultado el 07 de julio de 2024. Disponible en Informe-de-Seguimiento-de-la-EHC-HumVenezuela-Noviembre-2023-2.pdf
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