La administración financiera empresarial es clave para garantizar la solidez y viabilidad de cualquier empresa. Es vital que los gestores financieros sean capaces de identificar y medir los riesgos del negocio. Además, deben contar con una sólida planificación y gestión del flujo de caja, así como la correcta determinación y análisis de costos. Es necesario que adopten una pertinente estrategia de inversión de los fondos excedentarios. De igual modo, un racional uso del endeudamiento y una apropiada evaluación financiera, serán herramientas fundamentales para el éxito de cualquier entidad. La gerencia de las finanzas de la organización es esencial porque facilita tomar decisiones relevantes sobre cómo financiar proyectos, qué inversiones realizar y cómo manejar la incertidumbre del entorno. Sin un buen uso de sus habilidades financieras, una firma podría encontrarse en una posición de tener que hacer recortes drásticos o incluso cerrar sus operaciones. Además, el manejo financiero también ayuda a establecer objetivos y metas claras para la organización, tanto para el corto como a largo plazo. Esto permite que la misma sea más efectiva para asumir riesgos y aumenta su capacidad para adaptarse a los cambios del entorno.
Por otra parte, es conveniente destacar que la
gestión financiera juega un papel clave en la utilización de los recursos del
negocio. El manejo efectivo de los mismos puede ser la diferencia entre el
éxito o el fracaso de la organización. La administración financiera posibilita
a las empresas planificar sus flujos de caja, gestionar su deuda, y asegurarse
de que los fondos estén disponibles en el momento preciso. Se pretende que se
optimicen los fondos financieros, lo cual implica la maximización de su
rendimiento. Sin un buen uso de los recursos, una corporación podría
encontrarse con dificultades para hacer frente a los pagos de sus compromisos,
los servicios públicos o incluso los salarios de sus empleados. Una racional
gestión financiera también coadyuva a la institución a generar, mantener y
fortalecer sólidas relaciones con sus inversionistas y accionistas. Si ellos
perciben que el negocio tiene una deficiente gerencia financiera o que no se está
gestionando de modo inteligentes sus activos, es probable que retiren su apoyo
y se vayan a otras alternativas de inversión.
Como
parte fundamental de la gestión financiera se encuentra el proceso de
planificación. Es indispensable dentro del conjunto de actividades que se
desarrollan, establecer los objetivos, las metas y las estrategias que
posibiliten alcanzar lo que pretende la organización, tanto en el corto,
mediano y largo plazo. En tal sentido, el área de negocios encargada del manejo
de los recursos monetarios debe ser celosa con respecto al cumplimiento de esta
tarea. Deben actuar en función a la visión y misión que posibilite agregar
valor y contribuya a la supervivencia de la corporación.
De
igual manera, es necesario que toda empresa tome decisiones financieras de
forma constante. Esto es parte de la función de los gerentes. No obstante, no
solo se trata de ello, sino de decidir de un modo correcto y estratégico. El
manejo financiero efectivo supone alinear las metas de las finanzas de la
organización con sus objetivos y visión de largo plazo, lo cual puede
incrementar la probabilidad de que la misma tenga éxito en el futuro. La
gestión financiera tiene un impacto directo en la rentabilidad y supervivencia
de la firma. Por tanto, planificar sus finanzas, implantar acciones en función
a esa planificación, realizar los seguimientos pertinentes y tomar las medidas
correctivas que se necesiten son elementos fundamentales para cualquier
compañía.
Con
una buena gestión financiera, una empresa puede aumentar su rentabilidad, debido
al incremento de su capacidad para competir en el mercado, lo cual le asegura
su viabilidad a largo plazo. Es así, que una eficiente gestión financiera es
relevante para garantizar la solidez y factibilidad de cualquier entidad. Esta
posibilita a la firma a tomar decisiones acertadas, a administrar de manera
correcta sus recursos, a establecer objetivos claros y a mantener relaciones
sólidas con quienes se relacionan con la compañía. Es indudable, que la
administración de las finanzas corporativas también tiene un impacto directo en
su facultad para competir en el mercado. El contar con los recursos monetarios
necesarios, suficientes y en el momento oportuno, además, con un costo de
capital adecuado, es un factor imprescindible para la posibilidad de
supervivencia, crecimiento y desarrollo de la organización, más en un entorno
complejo, dinámico y de alta competencia. Todo ello, amalgamado con la
existencia de un personal preparado y con experiencia para el manejo de los
recursos de un modo racional.
Un
elemento determinante en la gestión exitosa es la correcta identificación y
análisis de los riesgos financieros inherentes a la empresa. Es vital para
llevar a cabo una gerencia coherente y efectiva de las finanzas de una compañía,
identificar y medir los riesgos y oportunidades financieras. Para lograr una administración
eficiente de los fondos de la entidad, se exige una apropiada gerencia de los
riesgos financieros que se presentan. Esto permitirá considerar cuáles son las
amenazas que representan esos riesgos para la estabilidad de la organización y
cuáles pueden ser las oportunidades relevantes que existen en el mercado. La
comprensión de los riesgos financieros es vital para la toma de decisiones, lo
que posibilita a los directivos de la entidad ajustar sus políticas financieras
y estrategias corporativas. En este sentido, resulta imprescindible contar con
herramientas y sistemas de análisis de riesgos financieros, que permitan
realizar una evaluación pertinente de las amenazas y oportunidades del mercado
financiero y así, adaptar las políticas y estrategias de la entidad de manera
efectiva.
Cualquier
ente que pretenda permanecer en el mercado debe poner su máxima atención a la
gestión de su flujo de caja. Ello implica la necesidad de una rigurosa
planificación y gestión del mismo. Esto permite a las compañías conocer con un
grado de certeza aceptable el nivel de sus ingresos y gastos en un momento
dado, controlar con todo esto los riesgos que se relacionan a la falta de
liquidez y, en consecuencia, mejorar la toma de decisiones. En esta instancia
contar con un área de tesorería es esencial. En tal sentido, los negocios deben
diseñar estrategias financieras pertinentes que involucre el manejo de sus
ciclos operativos y de efectivo, que tomen en consideración sus cuentas por
cobrar y por pagar, el ajuste de presupuestos o la reducción de costos, entre
otros aspectos. En definitiva, resulta primordial para los administradores de
empresas considerar el control del flujo de caja en sus estrategias financieras
para asegurar la salud y continuidad del negocio.
Por
otro lado, el control financiero es crucial en la gestión de la empresa. La
constante evaluación del desempeño económico del negocio debe ser una actividad
operativa a la cual se le debe prestar suficiente atención. El manejo de
indicadores resulta relevante en esta etapa del proceso. De igual forma, contar
con los estados financieros actualizados, disponibles en todo momento, es otro
elemento significativo como medio para obtener información que posibilite el
seguimiento del área financiera. Es indudable, que mantener un criterio de
control eficiente permite tomar las medidas necesarias cuando ello corresponda.
Además, que este mecanismo de verificación aporta la posibilidad de reconocer
áreas de mejoras dentro de la organización.
La
gestión financiera empresarial debe fortalecer la competitividad de la corporación
en el mercado. Ello, por medio de la adaptación a los cambios económicos y
financieros que se impone en un entorno complejo, dinámico y lleno de
incertidumbre. Esto es fundamental para la supervivencia del negocio. En tal
sentido, se necesita del uso eficiente de los recursos, lo cual implica la
maximización de los beneficios que ellos pueden ofrecer. La obtención de fondos
en condiciones razonables es una tarea esencial, así como el manejo inteligente
de lo que ingresa a la firma producto de su función comercial. A esto se le
suma, las decisiones que se tomen con respecto a las utilidades, las políticas
de dividendos, las formas de endeudamientos, los mecanismos de inversión, entre
otras. En fin, cada opción que asuma el área financiera debe contar con la
perspectiva de creación de valor y el aumento de la competitividad de la compañía.
En
conclusión, la relevancia de la gestión financiera empresarial radica en que la
misma es el medio que posibilita el manejo eficiente de los recursos monetarios
que necesita la organización para tener posibilidades de éxito. El cuánto
dinero se requiere, cómo se obtendrá, de dónde, a qué costo y cómo se
gestionará para que exista rentabilidad lo responde la administración
financiera. Sin embargo, la gestión financiera es una actividad compleja que se
sustenta en el profundo conocimiento del negocio. Ello supone una adecuada
gestión de la tesorería y el fortalecimiento de esta como centro de creación de
valor. En fin, la gerencia financiera es un factor clave de éxito y, por tanto,
se debe prestar la mayor atención a esta habilidad fundamental en las
organizaciones modernas.
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