miércoles, 11 de noviembre de 2020

La Biosfera y Su Importancia

La biosfera, o esfera de la vida, es la capa más extensa de la corteza terrestre, en donde se relacionan el aire, el agua y el suelo que interactúan recíprocamente con ayuda de la energía. Ella va desde 10 metros debajo de la tierra, hasta 10 km por encima del nivel del mar. Sin embargo, también se considera que abarca hasta las partes más profundas del fondo de los océanos. En la misma se desarrollan los ciclos vitales de todos los seres que habitan el planeta. La biosfera es la parte en la cual existe la vida tanto simple, como los microorganismos, a los más complejos como los animales herbívoros o carnívoros. La biosfera es entonces, un conjunto de ecosistemas o biomas en el cual se sustentan todas las formas de vida del planeta tierra y que compone la biodiversidad del mismo.

La biosfera forma parte de las cuatro capas que estructuran el ecosistema. Las otras son la litosfera, que se asocia a la tierra como la parte sólida; la hidrosfera, relacionado con el agua y la troposfera o atmosfera, representado por el aire. Tierra, aire y mar, se conjugan con la biosfera para sustentar la vida. En ella se desarrolla la biodiversidad del planeta. La biosfera como un todo conforma la geosfera, que abarca a los distintos ambientes terrestres, sean estos, la atmosfera, litosfera e hidrosfera, así como a los seres vivos del planeta, ya sean simples o complejos que interactúan entre sí y con su entorno natural.

La biosfera forma parte de la ecología, que estudia la relación entre el medio ambiente y los organismos que lo conforman. El ambiente se relaciona con la litosfera, la hidrosfera y la troposfera. A su vez, los organismos se explican por medio de las características de los seres vivos. En tal sentido la ecología señala que existen componentes abióticos, como el agua, aire, temperatura, humedad y otros elementos necesarios para la sustentabilidad de la vida. Asimismo, se encuentran los bióticos, que son los organismos productores o autótrofos como los vegetales. De ellos dependen los seres consumidores o heterótrofos, incapaces de elaborar sus propios alimentos y que dependen del medio ambiente para alimentarse. Al final del ciclo se encuentran los descomponedores, que desintegran la materia orgánica muerta y la devuelven al medio ambiente.

Proteger la biosfera como medio en el cual se sustentan los ciclos vitales es de suma importancia, debido que su calidad permite preservar las distintas especies y con ello asegurar la sustentabilidad de la biodiversidad. Esto forma parte de la conciencia ecológica que debe constituir la estructura de valores medioambientales del ser humano. Con el deterioro de la biosfera se pone en riesgo la supervivencia de los seres vivos del planeta en todas sus formas, especialmente al ser humano.

Tal es la relevancia de la biosfera que la misma genera sus propios recursos que de forma natural permite su auto sostenibilidad. Ella se encuentra en un delicado equilibrio que solo el ser humano en los últimos años ha puesto en real peligro. Esto a pesar de que esa misma actitud amenaza la propia vida de la raza humana. La biosfera es la que sean posibles los procesos bioquímicos que hace viable la generación de oxígeno y nitrógeno, necesarios para sustentar la vida. También suministra los alimentos imprescindibles para sustentar la vida en todas sus formas. Adicionalmente, aporta al ser humano abundante materia prima para que el mismo la transforme de acuerdo a sus propias necesidades.

El hecho de que exista una biosfera saludable plantea la posibilidad de asegurarle a los seres vivos su permanencia en el planeta. Es que ella por medio de sus ciclos naturales descompone los elementos de desechos, tanto físicos como gaseosos en partículas inofensivas para la vida. Por ejemplo, reduce el exceso de toxinas y otros componentes biológicos que puede ser dañino para los seres vivos, especialmente para los humanos. Un caso típico de este proceso biológico los representa el dióxido de carbono que es un desecho que se produce luego de la respiración. Esa sustancia que poder perjudicial la utilizan las plantas en su función de fotosíntesis.

La preservación de la biosfera asegura la conservación de la diversidad biológica. En ella se acumula las reservas de vida que existen en los ecosistemas marinos, terrestres y costeros. Cuando se destruye parte de la biosfera, como ocurre en el Amazonas, por ejemplo, se afecta además de ese territorio, a todo el sistema que sustenta la vida en la tierra. Su impacto va más allá de lo que muchos pudieran pensar. Es un atentado irreparable a la propia supervivencia del ser humano, quien en muchas ocasiones se desentiende de esa realidad. Sin embargo, de la misma es imposible escapar.

La biodiversidad depende de la preservación del equilibrio del ecosistema y de los elementos que la conforman. Es importante generar los cambios necesarios que permitan el fortalecimiento de la conciencia ecológica del ser humano y con ello asegurar la sustentabilidad de la vida en el planeta tierra. Se requiere de un cambio de actitud, de un comportamiento acorde a la sustentabilidad del medio ambiente. Una cultura afianzada en valores de conservación, de respecto a la biodiversidad, a la naturaleza y en general a todo el entorno que rodea al ser humano. Es necesario entender que el ser humano es parte de la biosfera, que depende de ella y jamás podrá controlarla. Debe por tanto, realizar todas las acciones que asegure el equilibrio del medio ambiente.

En el último siglo el hombre ávido de progreso, generación de riqueza, de crecimiento y desarrollo económico, efectuó muchas acciones que atentó contra la estabilidad del medio ambiente. Contaminación, desforestación, desertificación, destrucción de humedales, ríos y tantos espacios naturales, son muestra de esa vorágine del ser humano por lo material en detrimento de su propia posibilidad de supervivencia en el largo plazo. Eso es imperante que cambie urgentemente. El margen de acción cada vez en menor y la naturaleza, en su propio afán de supervivencia buscará el equilibrio necesario, restando al ser humano posibilidades al menos que tome conciencia del asunto. Ese es el gran reto de esta y de las futuras generaciones.

Para concluir, se debe recordar que la biosfera es el medio en el cual se sustenta la vida. Está compuesto por elementos del aire, tierra y agua. Es todo lo que rodea al globo terráqueo, que contribuye a la preservación de las especies vivientes del planeta. De allí su importancia absoluta. Por tanto, es necesario que el ser humano posea una conciencia ecológica que asegure la preservación de la biosfera y con ella de la biodiversidad y la vida. De obviar esta obligación para con el medio ambiente sufrirá las consecuencias de su negligencia y su falta de humildad. La biosfera y el ecosistema en general deben estar por encima de los criterios o cálculos económicos.

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