domingo, 16 de febrero de 2020

El Flujo de Efectivo de la Empresa

El presupuesto de efectivo es un estado que contiene las estimaciones futuras de entradas y desembolsos de efectivo. Este instrumento de planificación también se conoce como cash flow o flujo de efectivo. El mismo es un plan operativo fundamental para la adecuada gestión de corto plazo de la empresa, debido a que los fondos monetarios son los activos líquidos que permite a la organización la ejecución de sus tareas rutinarias. Con ellos se realizan los pagos de proveedores, pagos de servicios y otros tantos compromisos de corto plazo. De igual forma, por esa vía recibe los recursos de parte de los clientes y de otros interesados.
Para elaborar el presupuesto de efectivo se deben realizar un conjunto de presupuestos previos. En tal sentido se comienza con el presupuesto de ventas. Con él se establece el nivel de actividad que se proyecta tenga la organización en un periodo determinado. Ello significa que al tener las previsiones de los ingresos, tanto en monto como en volumen, es posible proyectar el nivel de producción necesaria para responder a las unidades que se esperan vender. 


          Este presupuesto de producción junto con la previsión de los inventarios permite establecer las previsiones de compras. De igual forma, dentro del proceso operacional se debe prever los gastos indirectos de fabricación necesarios para la elaboración de los productos que se deben colocar en venta. Es conveniente aclarar, que para los casos de empresas comerciales y de servicios el presupuesto de producción deja lugar al presupuesto de compra de productos terminados o el de los costos y gastos del servicio prestado.

Una vez que se elaboran  los planes operativos, se deben estimar los gastos en los cuales deben incurrir la empresa para cumplir con sus operaciones. Estos es, presupuestar los gastos de ventas, de mercadeo y administrativos.

Todo este conjunto de presupuestos se conocen como presupuesto de operaciones que junto con el financiero conforman el presupuesto maestro. El presupuesto de operaciones permite elaborar el estado de resultado proforma, o simplemente el estado de resultado presupuestado.

Cada uno de estos presupuestos tiene un efecto sobre los movimientos de efectivo de la empresa. Por ejemplo, al elaborar el presupuesto de venta se debe establecer las políticas que se aplicarán a las mismas, es decir qué porcentaje será de contado y cuánto a crédito, en qué plazo se requerirá que el cliente pague sus acreencias, entre otras. Lo mismo ocurre con las compras: cuánto permitirá el proveedor que serán de contado o a crédito, cuáles condiciones le permitirá  a la empresa, así como otros aspecto relevantes. De igual forma, los gastos de ventas, verbigracia, las comisiones de los vendedores, los gastos de mercadeo y los gastos administrativos afectarán los movimientos de efectivo de la organización.

Todas estas transacciones que impactan en la disponibilidad financiera de la organización se plasman en el presupuesto de efectivo. Este documento de planificación es, según Horngren y Sundem (1994), “un estado de entrada y desembolso planeado y se ve muy afectado por el nivel de operaciones resumida en el estado de resultado presupuestado” (p. 307). En este instrumento financiero se debe estimar las entradas de efectivo de las cuentas por cobrar productos de las ventas, una vez se hagan realizable, las salidas originadas por los pagos que se deben hacer a los proveedores, teniendo en cuenta los plazos para la cancelación de las deudas causadas por las compras. También es necesario estimar los movimientos monetarios para cancelar al personal de manera habitual, los gastos financieros y otras transacciones que requieran aplicación y usos de los fondos (gastos de ventas, administración, mercadeo, entre otros), teniendo en cuenta los momentos en que se aprecian ocurran.

El presupuesto de efectivo que se elabora adecuadamente, esto es, ajustado a premisas técnicamente sólidas, permite a la empresa minimizar la cantidad de dinero que se prevé permanecerá ociosa, o en caso contrario, establecer los momentos que se tiene previsto la escasez del mismo. En uno u otra circunstancia la administración podrá tomar las decisiones adecuadas que permita aprovechar financieramente los excesos o cubrir el déficit. Todo esto permite crear valor desde su tesorería a la organización.


Esquemáticamente el presupuesto de efectivo se puede presentar de forma muy resumida en el siguiente cuadro:


Habitualmente se establece para el diseño del presupuesto de efectivo un saldo inicial al cual deben adicionarse todos los cobros en efectivo que permitirá determinar la disponibilidad del periodo. A esta se le cargan los pagos en efectivo que se deben realizar en el mismo lapso, lo que al final resulta en la cantidad de dinero ocioso, o deficitario, según el caso. En algunos modelos se le agrega un el rubro, el de saldo mínimo aceptado, el cual es una especie de alerta que le indica el punto crítico en el que la tesorería debe efectuar las acciones necesarias para asegurar la disponibilidad de fondos.

La principal diferencia existente entre un presupuesto de efectivo y un presupuesto general de ingresos, costos y gastos, es que el primero permite planificar las fluctuaciones de efectivo en un lapso determinado, mientras que los otros muestran las transacciones que se espera ocurra en los segmentos mencionado, con base al sistema de contabilidad por acumulación. Van Horne (2002), con respecto a este tema refiere lo siguiente:

Los presupuesto de entrada y salidas de efectivos sólo proporcionan información sobre la posición prospectiva futura del efectivo de una empresa, mientras que los estados financieros proforma incluyen cálculos esperados de todos los activos y pasivos, además de los rubros del estado de resultado (p. 180) 

Existe una diferencia entre el flujo contable y el flujo de efectivo. La contabilidad refleja un principio de estimación, mientras que el flujo de efectivo o de tesorería muestran movimientos reales que ocurren tanto en la cuenta caja como en la de banco. El beneficio contable es un reflejo del exceso de ingresos sobre los costos y gastos, sin que ellos sea realmente entrada de efectivo. Una empresa puede mostrar beneficios contables en un período determinado y sin embargo no tener la capacidad de responder por sus compromisos inmediatos. Situación que la coloca en riesgo y atenta contra su permanencia en el mercado. Como menciona muy acertadamente Hartley (s/f), las empresas deben obtener beneficios tanto en el corto como en el largo plazo, pero los resultados de corto plazo son apremiantes para la supervivencia de las mismas. Es con ello que la empresa puede continuar su funcionamiento y evitar la quiebra. Por tanto, pensar en el largo plazo como acción estratégica es muy importante, pero para que ello ocurra se deben tomar las previsiones en el corto plazo para que el flujo de efectivo sea suficiente. Este mismo autor señala que “la quiebra se produce cuando la empresa se queda sin fondos y es incapaz de hacer frente a sus obligaciones de pago a su vencimiento” (p. 12).

Resulta entonces, que la gestión de la tesorería de la empresa debe asegurar la adecuada gestión del flujo de caja. Esto exige al área financiera que se asegure la entrada suficiente de fondos, en el momento adecuado, para poder responder con las distintas obligaciones que se deben pagar en el plazo previsto. En este sentido se observa un problema de temporalidad o de sincronización entre los flujos de entradas y salidas de la empresa. El tesorero debe tener la capacidad de gestionar el riesgo operativo que esta situación plantea.

La administración del flujo del efectivo de la empresa es compleja. Por ejemplo, muchas veces el beneficio que se obtiene de las ventas en un periodo dado no se refleja en el cash flow en el momento que ella ocurre debido a que esta se realiza a crédito y las mismas se transforman en efectivo real un tiempo después. Entonces, la empresa muestra un beneficio contable en sus libros, pero ciertamente esto no se traduce en una variación positiva del efectivo. Ocurre una entrada de efectivo de esa venta cuando se vence la factura y el cliente la paga. Esta parte de la administración del presupuesto de efectivo corresponde a la gestión de crédito de la empresa y se asocia a la cuentas por cobrar. Todo esto implica que la utilidad neta de la empresa es distinta al flujo de efectivo de la misma. Situación que sucede debido a las ventas a crédito como se ha mencionado, así como por la existencia de ajuste al valor de los activos conocidos como amortizaciones y depreciaciones.

De igual forma, una compra no necesariamente significa una salida de efectivo cuando se realiza. Es posible que el proveedor le ofrezca algunos días a la empresa para pagar esa adquisición. Esta parte de la gestión corresponde al manejo de las cuenta por pagar.

Generalmente existe un desfase de la cuentas por cobrar y pagar, lo cual afecta la disponibilidad del efectivo. Estas dos variables, junto con el manejo del inventario se denominan ciclo del efectivo. Este ciclo forma parte de uno mayor conocido como ciclo operativo.

Existen varios elementos que puede afectar el flujo de efectivo de una empresa. Uno de ellos es el crecimiento que puede experimentar. En primer lugar, crecer requiere de la empresa planificación. Debe tener en cuenta que esta dinámica de crecimiento se traduce en mayores compras de activos, aumento de las ventas, de la adquisición de materias primas o productos, nuevas deudas o emisión de acciones, aumentos de las cuentas por cobrar y pagar, dependiendo de las políticas de la empresa. En fin, el aumento de las operaciones influye de forma directa en la composición del flujo de caja por la necesidad del uso del efectivo para responder antes las necesidades que surgen por el incremento de las actividades de la empresa. Crecer exige recursos.

En periodo de crecimiento la empresa experimentará posibles aumentos de los gastos de capital lo que pudiera generar un flujo de caja negativo. Ello debido a que la adquisición de esos activos requieren pagos casi de inmediatos y los beneficios que se traducen en efectivo real ocurren a los largo de la vida útil de los mismos. Por tanto, la empresa debe decidir cómo financia esos gastos de capital: con deuda o con nuevos aporte de los accionistas en caso de que las operaciones sean insuficientes como fuente de financiamiento.

Por otra parte, el crecimiento también puede impactar en la política comercial de la empresa. En cuánto se puede permitir el aumento de sus créditos a los clientes, en qué condiciones y como maneja sus cuentas por cobrar es una decisión fundamental. Al igual cómo gestionará sus cuentas a pagar. Ambos aspectos afectan de forma directa el flujo de caja de la empresa por el sentido de temporalidad o de sincronización tanto de las entradas como de las salidas de efectivo.

Igual situación ocurrirá con los inventarios, los cuales debe ser adquiridos en mayor cantidad o frecuencia para poder atender el aumento de la demanda que se asocia con el crecimiento de la empresa. Esta actividad de compra afecta de forma directa los niveles mostrado en el flujo de caja de la organización.

Como se ha mencionado, el crecimiento que experimenta la empresa se debe planificar, debido a que si el mismo se gestiona inadecuadamente se corre el riesgo de tener la incapacidad de responder a esta realidad, lo cual pudiera traducirse en la posibilidad cierta de quiebra. Por tanto, al ser el crecimiento un objetivo estratégico fundamental también se transforma en una situación delicada para la empresa, que requiere especial atención por parte de sus dirigentes y de los miembros de la misma. Esto explica por qué muchas empresas que a pesar de su crecimiento desaparecen del mercado. Ello es por su incapacidad de contar con capital o fuentes de financiamiento suficientes que le permita responder antes las exigencias que el crecimiento genera.

Otro aspecto que afecta la determinación del presupuesto del efectivo, y que por tanto se debe tomar en cuenta, es la inflación la cual se define como un aumento generalizado y sostenido de los precios en un periodo determinado. Esta tiene un importante impacto en el flujo de caja. Ello se debe a que la inflación genera un crecimiento del valor o precio de los insumos, los activos y todo lo que requiere la empresa para operar. En términos prácticos, la inflación causa efectos muy similares en la empresa como cuando la misma está creciendo en términos de mayores niveles de negocios. Por tanto, las estrategias para enfrentarla son similares.

La dirección financiera de cualquier empresa se enfrenta a un gran reto en cuanto a la acertada gestión del flujo de caja. Son por medio de las decisiones de los responsables de las finanzas que el flujo de efectivo puede ser manejado de un modo tal que permita contar con los recursos suficientes para atender todas y cada una de las obligaciones que surgen producto del giro comercial de la institución. Ello es de importancia crucial para evitar la quiebra y la insolvencia de la empresa.

Se reconoce la importancia de que la empresa obtenga beneficios a lo largo su vida económica. Esto es uno de sus objetivos fundamentales. Sin embargo, para que ello ocurra debe asegurase que en el corto plazo pueda responder por las obligaciones que sus operaciones le exige. Por tanto, en lo inmediato la empresa debe tener la capacidad suficiente de generar flujo de caja positivo. Fallar en esto le puede costar su permanencia en el mercado.



Referencias Bibliográfica

Hartley, W.C.F. (S/F) Cash flow: su planificación y control. Bilbao: Ediciones Deusto.
Horngren, C y Sundem, G. (1994). Contabilidad Administrativa. México: Prentice-Hall Hispanoamericana, S.A. Novena edición
Van Horne, J. y Wachowicz, J. (2002). Fundamento de administración financiera. México: Pearson Educación.

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