lunes, 12 de abril de 2021

El Valor Agregado


 
Las empresas existen para atender las necesidades del mercado. Para ello debe ofrecer bienes o servicios que se ajusten a los requerimientos de los clientes en cuanto a calidad y condiciones deseadas por los mismos. Sin embargo, hay una realidad que entra en juego en este proceso, y es la competencia. En efecto, las organizaciones con fines de lucro pretenden obtener los máximos beneficios económicos posibles. Por tal razón, se deben destacar de otras similares que también quieren atender a los consumidores. En tal sentido, para que sea posible lograrlo tienen que tratar de ser mejor que otros competidores y ofrecer productos y servicios de un modo que el potencial comprador lo perciba como superior. En función a esto, la posibilidad de diferenciarse ocurre en torno a la capacidad de agregar valor en las actividades empresariales que desarrollan y que tienden a favorecer la posición de la firma en el mercado. Quien sea más eficiente y añada mayor valor tendrá una situación de privilegio que puede gestionar en favor de sus clientes. De allí lo relevante de comprender nítidamente la significancia de lo qué es el "valor añadido" o agregado. 

Desde la perspectiva de los negocios el "valor agregado" se asocia con los procesos productivos que implican transformación desde un estado inicial a otro final. Entonces, este valor acontece cuando la sumatoria del precio de venta de un bien o servicio es superior al costo de los elementos productivos que se asocian a esos ingresos. Los costos incluyen todo aquello que resulta necesario para generar el producto que se vende en el mercado. Es así, que a lo largo de las distintas etapas productivas se suman componentes que incrementan la complejidad del bien o servicio y al mismo tiempo aumenta su valor por la acumulación de distintas erogaciones. Por tanto, el valor agregado se entiende como un beneficio adicional que se obtiene por la modificación de un insumo en un producto o servicio requerido por los clientes. En definitiva, es una sumatoria de las partes que constituyen a un producto, sean esto tangible o no. 

Se entiende que la función básica de cualquier empresa es adicionar valor a los bienes o servicios que comercializan. Mientras mejor pueda añadir valor y que ello se aprecie como tal, mayor será su rentabilidad. Esto es así, debido a que cuando se toman materias primas e insumos, y se le asigna a las mismas el esfuerzo humano, físico y mental, junto con las tecnologías necesarias para convertirla en productos o servicios que poseen demanda de consumo se crea valor. Este es un proceso que implica una conversión que sucede en distintas etapas, en las cuales en cada una se adiciona algo. Entonces, la diferencia de los costos de la materia inicial con respecto al resultado de la transformación medido en precio de venta resume de forma clara el criterio de “valor agregado”. Esto quiere decir que la valoración monetaria es el mecanismo con el cual el productor busca representar el valor que se suma al producto final.

De acuerdo con lo comentado, el valor que se añade es un diferencial entre una entrada y una salida de un proceso. Se inicia con un estado en particular y finaliza con otro. En ese margen existe la adición del valor del bien o servicio que se suministra a los clientes. Es fundamental tener presente que efectivamente esa diferencia la debe percibir el consumidor para que la empresa tenga éxito. Este razonamiento se puede aclarar mejor con un ejemplo. Tómese el caso de una auditoría gubernamental: las actividades comienzan con la entrega de una credencial al auditor. Luego, el mismo realiza un plan de actuación que culmina con un documento denominado “Plan de Auditoría”. Hasta aquí esa planificación resultante representa el valor añadido. Con el plan en mano, el profesional comienza a efectuar el trabajo de campo en el cual se lleva a cabo el levantamiento de la información. En esta etapa se constituyen los papeles de trabajo, las actas fiscales y se recopilan las evidencias de los hallazgos u observaciones. Al concluir estas acciones el auditor posee un grupo de nuevos soportes documentales que son otra muestra del valor que se adiciona durante el proceso. En momento posterior, con la documentación en su poder, el investigador elabora los informes tanto preliminares como definitivos en los que se resumen los resultados del examen que se realizó. Estos documentos técnicos vienen a demostrar otro elemento del valor que se agrega durante el trabajo de auditoría. En resumida cuenta, todo parte de una credencial y finaliza con un informe conclusivo de auditoría en el cual se indica al usuario las fortalezas y debilidades que se detectaron a lo largo de la investigación. Ese último escrito contiene un conjunto de información relevante para el examinado, que en sí mismo constituye el valor agregado final que resultó del trabajo investigativo que se desarrolló. Entonces, en el caso que se comenta, el diferencial que representa la agregación de valor es el conocimiento que obtiene el usuario con respecto a la situación que se verificó, lo cual le permite tomar las decisiones que corresponda. 

Las empresas solo podrán sobrevivir y aumentar su riqueza si tienen la posibilidad de mostrar una creciente capacidad de generar valor en sus procesos productivos. Es decir, que puedan obtener ingresos superiores a los costos que requiere para generar los mismos. En tal sentido, deben procurar cuidar su productividad y eficiencia en la gestión de los recursos o factores que maneja. Se debe tomar en cuenta que el concepto de valor agregado supera la medida contable de la utilidad neta y se asocia más con el criterio financiero de flujo de caja operativo. Una organización puede mostrar utilidades netas positivas por varios años; no obstante, pudiera ir a la quiebra a pesar de ello. Mientras que si muestra flujo de caja positivo es poco probable que tenga la condición perjudicial que ante se señaló.

El análisis de valor agregado permite identificar cuánta riqueza se crea en las diferentes etapas de la cadena de producción. Dicha actividad hace posible a una empresa concentrarse en los aspectos que le son relevantes y ejecutar las acciones que le permitan llevar a cabo los cambios estratégicos en las distintas áreas en las que es factible adicionar mayor valor. Es fundamental para la organización realizar actividades que sumen valor en función al criterio costo beneficio. Esto es, que debería dedicar sus esfuerzos en aquellas áreas productivas cuyos ingresos sean superiores a los costos que se le asocia. Es justamente esta condición la que se deben cumplir en las diferentes etapas que conforman el proceso productivo general. Si se detecta algún procedimiento, actividades o tareas que su desarrollo sea más costoso que el valor que puede generar se tendría que revisar los mismos con el propósito de corregir dicha situación. Sin embargo, esto último es relativo y en ningún caso una verdad absoluta. Se hace este comentario porque es factible que existan ciertos aspectos de la acción productiva que se deben llevar cabo a pesar de ser en principio antieconómico, pero que su ejecución es imprescindible para que se elabore el producto o sea viable prestar el servicio. 

En conclusión, el concepto de valor añadido se refiere al diferencial que se genera en un proceso de transformación en el cual el bien o servicio que se produce al final tiene un valor real, o percibido, superior al que se mostraba al inicio. Es decir, que existe un margen favorable entre un punto con respecto a otro posterior. Es, por tanto, necesario que las empresas gestionen de forma adecuada sus actividades productivas con el fin de crear una diferencia positiva entre sus ingresos y gastos, que se traduzca en beneficios crecientes. 

Del autor

Licenciado en Administración de Empresa y Contador Público Colegiado (UJMV). Especialista en Finanzas de Empresa (USM) y en Gerencia Pública (UNIMET). Maestría en Gerencia de Empresarial y Especialista en Moneda e Instituciones Financiera (UCV-Pendiente de Trabajo de Grado). Diplomado en Investigación (UPEL). Ha realizado más de 60 cursos de formación Fue contralor municipal en el estado Miranda, cargo que ocupó por más de seis años. Se ha desempeñado como auditor, jefe de auditoría, jefe de administración y finanzas, director de administración, entre otros importantes cargos, del sector público y privado. 

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