La empresa es un sistema abierto que se encuentra en constante presión de su medio ambiente, tanto interno como externo. En la mayoría de los casos, el ámbito interno está bajo su control; sin embargo, su ámbito exterior presenta otra característica. Diversidades de eventos o situaciones que suceden en el entorno de la organización son independientes a la gestión de la misma. No los puede controlar, así lo quiera. Ante esta realidad, solo cabe adaptarse o buscar los mecanismos para que el impacto adverso que puede recibir de sus fronteras externas sea el menor posible.
Para el análisis del medio ambiente
empresarial existen múltiples métodos y técnicas. Una de las más utilizadas es
el PEST, que permite la descripción del ámbito exterior en el cual se
desenvuelve la empresa. Para ello, se analiza la influencia de la situación
Política, Económica, Social y Tecnológica (PEST) que afecta a la misma. Es una
herramienta que segmenta al entorno en los componentes que se mencionaron,
acción que facilita comprender las características de los mismos, así como sus
posibles impactos en el desenvolvimiento de la organización, tanto presente
como futuro. Con frecuencia se suele agregar a estos segmentos los aspectos ecológicos,
así como los legales. Por ello, al modelo también se suele conocer como PESTEL. Ahora
bien, en el modelo original PEST, el elemento legal se suele adicionar en el
segmento del estudio de la economía.
Entonces,
para una correcta evaluación del entorno de la organización se requiere de las
observaciones de los factores políticos, legales, económicos, sociales y
tecnológicos. Ello, debido a que los mismos tienen una profunda influencia en
la gestión de la empresa y en los resultados que puede lograr. En cada uno de
esos puntos de estudio, el analista debe revisar los elementos reales que
tienen incidencia sobre la entidad. En tal sentido, esta tarea permite a
quienes toman decisiones contar con información esencial con respecto a las
variables del macroentorno. De aquellas, que pudieran generar condiciones
propicias o adversas al desarrollo futuro del negocio. Con los insumos, que
dicho análisis favorece, es viable construir distintas hipótesis estratégicas
que facilita anticiparse a diversas circunstancias que se deben prever. Todo lo
cual, le posibilitará a los responsables de la compañía estar mejor preparado para
asumir riesgos.
Las variables que conforman el análisis PEST
provienen del ámbito externo de la firma, por lo que en la mayoría de los casos
se encuentra fuera del control de ella. Por tal característica se consideran
como elementos que describen las oportunidades y amenazas de la organización. En
tal sentido, esta herramienta es útil para elaborar la conocida matriz FODA, en
la cual se analizan las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que
posee cualquier organización. La misma, se utiliza para elaborar las
estrategias que puede asumir el negocio, en función, a su realidad y a los recursos
que tiene a su disposición.
Ahora bien, el primer factor que se estudia en el
modelo PEST es el POLÍTICO, aunque aquí algunos agregan el aspecto
legal. En este ámbito se escudriña las características del gobierno que dirige
el destino del territorio en el cual se encuentra la empresa. Se debería verificar
que tan estable es, qué clase de conflictos maneja, su perfil democrático y su
tolerancia a la iniciativa privada, entre diferentes aspectos. De igual manera,
se estudia el marco regulatorio existente, la Constitución legal, sus leyes,
reglamentos y los demás elementos que condicionan el actuar de las personas
naturales y jurídicas. Conocer el tipo de gobierno marca las condiciones del
entorno de la organización. Aunado a esto, comprender cuáles son las particularidades
principales que manifiesta el mismo es fundamental para crear posibles
escenarios y anticipar las decisiones estratégicas que sean convenientes. Esto
permite advertir potenciales riesgos que se tienen que gestionar con
eficiencia. De forma adicional, el estudio del componente político abarca,
además del nivel nacional, los regionales y locales, que también afectan la
gestión de la corporación.
Por otra parte, en el ámbito ECONÓMICO se
analizan los elementos económicos, financieros y monetarios del país en donde
opera u operará la empresa, así como las políticas que regulan a la economía.
Resulta relevante estudiar las características de modelo que condiciona el
manejo de la actividad comercial y empresarial, el grado de libertad y la
influencia que sobre los distintos agentes ejercen las instituciones que
existen en el mercado. Es necesario tener presente el dinamismo que muestra el
entorno, el comportamiento histórico del producto interno bruto, el tipo de
cambio, la población económicamente activa, la realidad de los precios y la
estabilidad de los mismos, situación de la balanza de pago, la existencia de
déficit fiscal, entre otras variables significativas. En fin, es crucial evaluar aquellos indicadores que son determinantes para la dirección del
negocio.
El siguiente renglón es el SOCIAL. Aquí
también se acostumbra a tomar como referencia la variable cultural de la
población objeto de estudio. En tal sentido, es valioso estudiar los
componentes demográficos, los valores culturales y la identidad que
caracterizan a las personas que conforman el conglomerado humano próximo a la organización.
Esta aproximación abarca criterios superiores a la cercanía física. Es más bien,
un punto asociado a la influencia global del modelo de gestión comercial que
desarrolla la empresa. Poseer una idea clara de estos elementos permite
construir una hipótesis de demanda del mercado coherente y con el debido
sustento científico. Así mismo, este análisis puede abarcar, además de las
condiciones del momento presente, una visión de mediano y largo plazo que haga
posible vislumbrar los potenciales cambios en la sociedad que pudieran afectar
la continuidad del negocio. El objetivo de la revisión de los aspectos sociales
del contexto empresarial es el tener un perfil del mercado desde la perspectiva
de los posibles clientes: su poder adquisitivo, sus creencias, valores, nivel educativo,
preferencias y necesidades insatisfechas, entre diversos atributos de interés.
Otra variable clave, dentro del análisis del
entorno, es la TECNOLOGÍA. Al respecto, se define a la misma como
la gama de conocimientos de los métodos, técnicas y herramientas que se emplean
de manera sistemática con el propósito de lograr un determinado objetivo o la
resolución de uno o múltiples problemas. Es un modo de la que se vale el ser humano
para modificar su medio ambiente y mejorar su calidad de vida. Los cambios
tecnológicos producen impactos relevantes en el mundo empresarial de forma
rápida, profunda y en la mayoría de los casos, en condición dramática. Esa
situación puede modificar los escenarios tradicionales en los cuales se
desenvuelven las empresas, cambiar su realidad y crear otras nuevas para lo
cual debe contar con la preparación conveniente.
Como se mencionó en algún momento, al análisis PEST
se le puede agregar el factor ECOLÓGICO. Para ello, es necesario
describir la conciencia social que posee la población con respecto a la
conservación del medioambiente. Qué tanto se identifican con las causas
ecológicas, con el uso de las energías verdes y otros elementos asociados con
el respeto del entorno natural. En fin, se debe determinar hasta qué punto ese
mercado de interés toma sus decisiones de consumos teniendo en cuenta el
aspecto de la preservación de la naturaleza con la que se relacionan.
En definitiva, las empresas deben evaluar de modo
constante su entorno. Ella, es una actividad de profunda relevancia para la
supervivencia de la organización en un mercado cada vez más complejo, lleno de
incertidumbre. Es determinante comprender como los aspectos políticos,
económicos, sociales, tecnológicos, ecológicos y legales, pueden impactar el
manejo, presente y futuro, del negocio. Solo con ese conocimiento es factible
diseñar escenarios que permitan dar respuestas oportunas a los cambios que se
originan en el medio ambiente de la corporación. Para ello, utilizar una
herramienta de análisis como el PESTEL, por ejemplo, es una acción lógica para
cualquier responsable de la gestión corporativa.
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