La
teoría de control interno que ampara el presente escrito proviene del informe
COSO (Committee of Sponsoring Organizations- dependiente de la comisión
parlamentaria Treadway de EE.UU). Dicho documento fue publicado en EEUU en el
año 1992. Según Rebaza y Santo (2015), ese documento fue producto de la
necesidad surgida por los procesos de integración de la economía mundial que
requería de un modelo integrador de las diferentes prácticas de control interno
existente a la fecha. Fue un intento de crear un marco conceptual que
permitiera la operacionalización de las herramientas del control interno. A
través del COSO se pretendió crear un modelo estándar que permitiera la
evaluación del control interno, estableciendo las mejores prácticas para su
diseño e implantación en las organizaciones.
De acuerdo a Viloria (2005) y Mantilla (1998)
el modelo teórico COSO, el control interno se encuentra estructura en cinco
componentes: el ambiente de control, la evaluación de riesgo, las actividades
de control, la información y comunicación y supervisión, seguimiento o
monitoreo.