lunes, 24 de mayo de 2021

Características del Adulto en Situación de Aprendizaje

 

Introducción

La necesidad de aprender se mantiene en el ser humano a lo largo de su existencia. El capacitarse, estudiar, adquirir nuevas herramientas, habilidades y destrezas son una motivación que supera cualquier etapa de la vida. Por tanto, es significativo tener en cuenta todo ello para generar las condiciones que permitan, por ejemplo los adultos, proseguir su formación intelectual y académica sin ser visto como algo extraño. Más cuando existe un entorno social cada vez más dinámico, sujeto de cambios sociales, políticos y tecnológicos que obligan a la continua preparación de los individuos. 

Justamente, en el presente ensayo se pretende analizar someramente cuáles son las características del adulto en situación de aprendizajes. Ello basado en tres lecturas se suma importancia que tratan del tema. 

Características del adulto en situación de aprendizaje

Cada vez más la educación de los adultos cobra fuerza en el campo educativo. Con mayor frecuencia se atienden las necesidades de este segmento de la población que desea prepararse para los retos que la vida exige. La concepción del ser adulto se refiere a aquel individuo que ha llegado a su madurez y que cesa de crecer físicamente. 

Para los adultos se diseña un tipo de educación específico acorde sus características propias y fines particulares. Algunos de ello son: prepararlos de acuerdo con sus expectativas personales que le permita alcanzar competencias intelectuales y técnicas que requieren para tener éxito en su desempeño integral. Buscar obtener un entendimiento de los problemas de un modo que los involucrados tengan la capacidad de participar en sus resoluciones. Hacer posible el acceso a actividades que fortalezcan sus actitudes y comportamientos en procura de su actualización como seres adultos. Se debe tener presente que la educación de estos sujetos se asocia a los continuos cambios que ocurren en la sociedad, para lo cual ella los prepara con el propósito de que puedan adaptarse y enfrentarlos con éxito.

Para la educación se adultos se utiliza una visión de andragogía que busca el beneficio de este grupo social. Por medio de ella se asiste al individuo maduro, se ayuda y apoya durante el proceso educativo al participante tomando en cuenta sus características particulares, sus necesidades e intereses. La andragogía consta de aspectos históricos, psicológicos, filosóficos y organizacionales que impacta la educación de adulto. Esta ciencia educativa como elemento social involucra todas las acciones y actividades que se organizan en función del beneficio de los involucrados que estudian de manera formal. En este ámbito, el educador pasa a ser un andragogo que se relaciona con la ayuda que presta al individuo que educa. 

Es una realidad que en los últimos años se observa un incremento del número de adultos que acceden al sistema educativo. Son estudiantes maduros que se encuentran ligados a los cambios sociales y que buscan herramientas, habilidades, técnicas y comportamientos que les permita enfrentarse a esas transformaciones. De acuerdo a Manuel Castro (2017) son adultos que muestran características generales: posee el derecho de participar en las diversas etapas de su aprendizaje, convirtiéndose por tanto, en el principal agente del proceso educativo. Ellos en sí mismo poseen los elementos fundamentales para su desarrollo, orientación y elección. Tienen la capacidad lograr sus objetivos inmediatos, de mostrar iniciativa, autonomía, decisión y dedicación a su búsqueda de crecimiento personal y profesional. Los conocimientos, habilidades y comportamiento que pueden desarrollar se encuentran en íntima relación a sus responsabilidades y actividades. El adulto que estudia lo hace para adquirir los medios que le permita resolver problemas o encontrar soluciones y respuesta a múltiples preguntas que se plantea. Es una persona con una autoimagen reservada, tiene dificultad para hablar de sí mismo y de sus necesidades e intereses. 

Con respecto a las características puntuales Castro (op. cit) señala que los adultos poseen dos dimensiones específicas, la madurez y motivación. Por medio de la educación, que debe ser un proceso continuo, el adulto logra pleno desarrollo y plenitud de sus capacidades. La madurez de un individuo se constata a través de un conjunto de signos visibles, tales como su capacidad de autonomía, de interrelación, compromiso y auto aceptación entre otros. Por su parte, la motivación según Melagan (1978), C.P. (Castro, 2017), resulta en factor energético que impulsa el proceso de aprendizaje. Esta energía que mueve al adulto se fundamenta en sus necesidades e intereses más profundos que son propios de esta etapa de la vida. 

Los adultos presentan factores psicosociales que determinan sus procesos intrapersonales mentales y emotivos. Estos son procesos que permite la defensa del yo interior del individuo. Además integran los aspectos perceptuales, resolutivos, innovadores y el comportamiento del ser adulto. 

Los adultos tienen características particulares en situaciones de aprendizaje. Es relevante que la civilización actual cimienta su existencia un mayor cúmulo de información y conocimientos que le abre un abanico de posibilidades. Esta época de acelerados cambios en todos los ámbitos afectan también a la educación, que ha pasado de un aprendizaje centrado en el profesor, pensado como un ser sujeto de acumulación de conocimiento, a una que se fundamenta en la construcción personal con significado. Un modelo en el cual el docente es un facilitador o mediador que propicia el proceso de aprendizaje constructivo, significativo y coherente con la realidad que existe en el entorno. Se construye nuevos conocimientos, más que transmitir de forma mecánica los ya existentes. Aquí el participante adulto a partir de su experiencia agrega saberes con el uso de su creatividad y esfuerzo. Es un tipo de educación centrado en la formación de adultos, andragógica en su concepto. 

El adulto como educando se encuentra inmerso en un proceso de motivación que es la energía que promueve su conducta y que le permite guiar su camino para el logro de sus metas. Esta genera un sentido de dirección al individuo. Es un factor energizante que moldea el comportamiento del estudiante. Resulta en una situación interna que impulsa los esfuerzos para alcanzar los objetivos y satisfacer las necesidades. Los impulsos o motivos pueden ser de naturaleza innata o producto de un aprendizaje. La posibilidad de aprender de los adultos depende en gran medida del entrenamiento, de la motivación y de situaciones que son propicias en función con la naturaleza del sujeto. 

La motivación es un estado interno que permite mantener la conducta del adulto en una determinada dirección. Ella orienta, dirige y marca el rumbo a seguir. Es una energía que impulsa la ruta a las metas relacionadas con motivos específicos. Como menciona Romero (2005), c.p. Jose Capitillo (2017), los impulsos pueden ser fisiológicos o innatos, que fortalecen la conducta en busca de satisfacción, y aprendidos “como las motivaciones sociales del logro, poder, afiliación, los cuales también energizan, dirigen la acción hacia la obtención de metas específicas, van teniendo más importancia en el ser humano en la medida de su crecimiento y desarrollo.” (p. 7). 

Existen diversas clasificaciones de la motivación. Para Chiavenato las mismas son internas o espontáneas y externas. Las primeras son perdurables, son energías de largo plazo, mientras que las otras son de corto plazo. También se pueden clasificar como positivas y negativas; unas señalan el deseo constante del adulto de superarse y ser guiado por una ambición positiva. Este tipo de motivación puede ser intrínseco y extrínseco. Cuando se comenta del aspecto negativo se refiere al castigo, amenazas o cualquier forma coercitiva para que el individuo se dirija hacia su meta. 

Existe motivación intrínseca y extrínseca. La primera, se asocia a la satisfacción de las necesidades de desarrollo personal, de crecer profesionalmente y de progresar como individuo. Mientras que con la otra el adulto intenta aprender porque ello le permite obtener beneficios materiales, más allá si ese proceso le agrada o no. 

En el estudiante adulto se observan diversas necesidades. El participante responde por sí mismo y desempeña un papel productivo. Busca su perfeccionamiento, aunque esto sea una búsqueda interminable, pero pequeño logros le sirve para afianzar ese deseo. 

El sujeto adulto muestra un alto grado de auto motivación hacia el logro de sus objetivos de formación. Posee adecuados recursos de aprendizaje producto de su experiencia que puede utilizar de forma eficaz lo cual permite planificar su tiempo y aprovechar el mismo. 

En el proceso de educación de adultos los docentes son creadores y gestores de los espacios de aprendizaje; son más que meros transmisores de conocimientos. Estos deben tomar en cuenta las emociones del participante, además asociarlos a los distintos estilos de aprendizajes que permitan impulsar sus emociones positivas. Es necesario ligar todo esto a la motivación del estudiante, su capacidad cognitiva, su estilo de aprendizaje y su objetivo curricular. 

El aprendizaje adulto se caracteriza por ser auto dirigido por el participante, con el apoyo principalmente del docente como facilitador. Es un tipo de educación que requiere de motivación especial, que de forma general es intrínseca, y de diversas maneras de adquisición de conocimientos. Para ello se pueden utilizar en las nuevas tecnologías de la información. En esta situación el adulto asume la iniciativa del proceso. Él diagnosticas sus carencias de aprendizaje, formula su propios objetivos, busca los talentos humanos y los materiales necesarios para lograr su enseñanza, selecciona las estrategias para aprender y al final evalúa sus resultados. Es significativo mencionar que la tarea del trabajo auto dirigido en nada explica a un sujeto aislado del entono educativo. Al contrario, aquí se requiere del apoyo de otros, como tutores, docentes, compañeros de cursos y otras personas que puedan acompañar al estudiante adulto a lo largo del camino. 

En la educación de adulto la andragogía como disciplina juega un papel fundamental. Ella en su aspecto educativo se enfoca en comprender al individuo adulto desde la perspectiva humana, psicológica, biológica y social. 

Para aprender algo nuevo es necesario enfocarse en los aspectos positivos que ello tiene; qué se logrará con ese conocimiento y qué se ganará una vez que se obtiene. Debe existir un incremento de las aspiraciones positivas del aprendiz. Al lograr esto se evita la existencia de las barreras de cambio que afectan el aprendizaje en el adulto. Todo conocimiento novedoso implica una transformación en el sujeto que se puede tornar abrumador. Los adultos poseen la capacidad de autoconciencia o conocimiento propio, que resulta en una especie de voz interna que le señala las posibles áreas de mejora personal. También goza de curiosidad que le hacen realizarse preguntas que les inquieta. Producto de esto surge la motivación de hacer cosas nuevas, de pensar en algo hasta que lo logra entender. Sin embargo, todo esto le hace comprender de su vulnerabilidad ante nuevos conocimientos que no domina. Un buen aprendiz acepta ser vulnerable a los fracasos iniciales por carecer de destrezas necesarias en determinadas situaciones. Es substancial resalta que cuando se requiere adquirir un nuevo aprendizaje se debe enfocar en lo positivo y lo que se ganará con el aprendizaje. 

Conclusiones

La sociedad se encuentra inmersa en un continuo cambio. Ello exige que sus miembros estén preparados para adaptares, ser productivos, capaces y felices. Surge entonces la necesidad de contar con procesos educativos continuos que tomen en cuenta a todos aquellos que pueden estar al margen de estas transformaciones. Un grupo de especial interés son los adultos, quienes deben recibir un tipo de educación que se ajusten a sus características particulares. Siendo así, la andragogía como disciplina educativa muestra un papel relevante en el entorno actual.

Entender a los adultos como participante del proceso educativo en cuanto a sus características personales, psicológicas y sociales es una tarea de suma importancia. Comprender al docente como un facilitador, un gestor y protagonista es una visión que se debe tener presenta al diseñar cualquier intento de enseñanza de los participante que desean adquirir conocimientos.

Referencias bibliográficas

Andersen. E. (2017). Aprender a aprender. Lectura N° 3.

Capitillo Silva, J. (2017). El adulto y sus características en situación de aprendizaje. Lectura N° 2.

Castro Pereira, M. (2017). El adulto y su aprendizaje. Lectura N° 1. 



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